Carlo de Gavardo falleció sorpresivamente el 4 de julio de 2015, mientras todo Chile esperaba ansioso la final de Copa América ante Argentina. El deportista sufrió un paro cardiorespiratorio mientras andaba en bicicleta junto a uno de sus hijos, y hoy, a cinco años de su muerte, el país lo recuerda como uno de los grande héroes de nuestra historia motor.

Carlo era especial. Para quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y compartir con él, el diagnóstico es el mismo: un loco lindo. De aquella característica personalidad nació uno de sus sobrenombres más icónicos: "Carloco", que sus amigos y cercanos ocupaban con frecuencia para referirse al extraordinario piloto.

Pablo Vargas Zec, autor de "Abriendo Ruta", libro dedicado a la vida y trayectoria del Cóndor de Huelquén, conversó en exclusiva con Redgol, donde reveló que que la calidad humana de Carlo lo llevó a alcanzar sus grandes logros:

"Muy humano, muy cercano, extrovertido... y pese a tener muy mala memoria, siempre se las arreglaba para hacer sentir cercano a todo el mundo. Un tipo sencillo, que honraba su origen y la educación recibida en casa. Y esa personalidad, forjada en la resiliencia, lo llevó a expandir sus límites", comentó Vargas Zec a Redgol.

El amor del chileno por el motor comenzó a temprana edad, influenciado fuertemente por su padre, Giorgio de Gavardo, quien siempre lo apoyó y acompañó en la travesía por su pasión. De Gavardo se coronó campeón de enduro nueve veces entre 1986 y 1994 antes de competir a nivel internacional en 1993.

En 1996, Carlo fue el primer chileno que corrió oficialmente el Rally Dakar en la categoría de motos, quedando en el puesto 17, para luego en 2001 conseguir el tercer lugar. Hasta 2004, el piloto participó todos los años en la competencia más extrema del automovilismo, marcando precedentes para todos los que vendrían después.

"En el mundo de las dos ruedas hay pilotos que han hecho historia, que tienen títulos mundiales y enormes méritos. Sin embargo, Carlo me parece que sigue ocupando el lugar de privilegio en el mundo de las motos, dada su condición de pionero. En el rally cross country abrió una especialidad nueva para nuestro país y donde, a partir de él, se ha demostrado que somos particularmente buenos, cómo han demostrado después Francisco López, Pablo Quintanilla o José Ignacio Cornejo", reveló Vargas Zec.

Pablo Vargas, quien además de periodista también fue piloto y navengante del Rally Mobil, la importancia del Carlo en la historia del motor chileno no tiene discusión:

"Carlo (De Gavardo) es a las motos lo que Eliseo Salazar es los autos, por ejemplo, guardando las proporciones de lo que significa correr en la Fórmula Uno respecto del Dakar, porque el mundo de las motos y del cross country tienen relevancias diferentes", reflexionó.

EL ADIÓS DE CARLO DE GAVARDO:

Eran alrededor de las 14:00 horas del sábado 4 de julio cuando comenzó a correr en redes sociales el rumor de la muerte de Carlo de Gavardo, y apenas media hora depués la tragedia se hizo oficial.

Aproximadamente a las 12:50 de la mañana, Carlo arribó al Hospital de Buin, donde los doctores pasaron 45 intentando reanimarlo, pero todos los esfuerzos no dieron resultado, decantando en la muerte del piloto a las 13:45 horas.

Carlo sufrió un paro cardiorespiratorio en el Cerro Huelquén, donde estaba haciendo deporte junto a su hijo, y el mismo día que su forma física murió, nació su leyenda, una que estará para siempre en el recuerdo de los fanáticos tuerca chilenos, y que gracias al trabajo de Vargas Zec quedó plasmado en un emotivo libro.

"Junto a Felipe (Hurtado), trabajando en el diario La Tercera, nos había tocado reportear prácticamente toda la trayectoria de Carlo en el cross country e, incluso, en el rally de autos chileno. Así las cosas, y gracias al apoyo de nuestra editorial, la idea de recopilar su historia y concentrarla en un libro, que plasmara su legado, fue prácticamente automática y obvia. Caía de cajón", contó Pablo.

Carlo de Gavardo nunca fue muy fanático del fútbol, pero la historia quiso que su final quedara para siempre entrelazado con la histórica final de Copa América donde Chile venció a Argentina en penales. Y es que quizás el destino escogió aquel día especial, ya que un gigante como Carlo no podía haberse ido en un día común y corriente, ya que palabras como común y corriente no se condicen de ninguna manera con la leyenda que fue y es el Cóndor de Huelquén.