Finalmente Andrew Redmayne no era sólo un payaso buena onda, sino un astuto sujeto que desafió todos los códigos del fútbol al jugarle realmente sucio a su colega Pedro Gallese.
En el repechaje para el Mundial de Qatar 2022, el arquero australiano ingresó para la tanda de penales, pues su técnico sabía que era un especialista, aunque no precisamente por su calidad atajando.
En primer lugar, Redmayne fue noticia a nivel mundial al bailar en el arco para desconcentrar a los lanzadores peruanos antes de cada lanzamiento.
Su estrategia algo ayudó, pues los incaicos fallaron dos de sus penales y se quedaron fuera del Mundial de Qatar, alzándose Redmayne como el héroe de la noche.
Hasta ahí parecía simpático, pero más tarde aparecieron imágenes en las que se capta al arquero robándole una botella a Gallese y lanzándola donde el paerunao no pudiera verla.
En esa botella, que a su vez estaba tapada con una toalla, Gallese guardaba un torpedo con los posibles lanzamientos de los jugadores australianos.
Tras su histriónica aparición Redmayne fue criticado por otros colegas, como el boliviano Carlos Lampe, quien señaló: “Lo primero que se me vino a la cabeza es impresentable”.
“Es su manera, su forma. No veía eso desde el arquero polaco Dudek, hacía un movimiento visualmente mucho mejor. Pero esto no parecía ni un baile”, añadió.