Nicolás Castillo dejó atrás una pesadilla y este pasado 4 de julio volvió a la cancha tras casi un año y medio fuera, tiempo en el que debió luchar por su vida y por su pierna. El delantero chileno ingresó desde el banco en el amistoso del América de México contra Santos Laguna.
Castillo sufrió una rotura de tendón en el recto femoral del muslo derecho en enero de 2020. Tras la operación, el chileno presentó una trombosis que casi le cuesta la vida. Hoy está de vuelta luego de un año, 5 meses y 14 días, y compartió una emotiva entrevista con el canal oficial de su club en YouTube.
“Hoy en día pienso disfrutar cada momento que estoy aquí, que estoy en la cancha. Pensé desde que me subí al bus camino al estadio, pensé en todo lo que viví, en el momento en que estuve en el hospital con la incertidumbre de saber qué iba a pasar conmigo. Fueron muchas operaciones de urgencia y no sabía si iba a vivir o si me iban a salvar la pierna. Agradezco a los que estuvieron cerca para que esté de vuelta. Recuerdo los momentos en casa sin poder hacer cosas, mi familia me ayudó, y la gente del club que nunca me dejó solo”, dijo Castillo con muy emocionado.
Agregó que “el día que volví al club de todas las cirugías me recibieron súper bien, me abrazaron y sentí ese cariño. Hoy estar acá en una cancha es demostrarle a mucha gente que, aunque te digan que no, que no puedes, a mi cuando me dicen que no hago todo lo posible para que sea sí”.
“Muy poca gente creyó que volvería a jugar y acá estoy. Lo di todo en la recuperación, hubo muchas lágrimas, peleas conmigo y con gente del club, pero por ellos hoy estoy aquí. Son momentos que se te vienen a la cabeza, pero lo más importante es la familia, que me aguantó en las peores”, complementó.
Incluso el delantero nacional reveló que su ingreso a la cancha fue como jugar por primera vez, y no está equivocado. Nicolás Castillo puede decir que volvió a nacer, y también disputó el primer partido de su nueva existencia.
“Este 4 de julio lo voy a recordar el resto de mi vida. Me hubiese encantado haber salido a la cancha y tener a mi familia, a mi hijo cerca y abrazarlos. Fue un debut a volver a jugar, a pisar una cancha, que la gente te grite… fue un debut. Lo viví así, con mucho nervio de qué iba a pasar. Ahora me toca disfrutar, es el primer paso y debo ponerme a punto porque perdí casi un año y medio. Quiero volver a ser el que fui. Que la gente te ovaciones o te aplauda por todo lo que viví no tiene precio, por eso esta fecha, el 4 de julio, va a ser inolvidable. Fue mi debut, de volver a las canchas”, manifestó sin poder contener las lágrimas.
Añade: “la sensación fue volver a debutar, me acordé del primer partido que jugué con la Católica, tenía la misma ilusión, deseo y nervios. Que en mi lugar en el camarín estuviera mi camiseta, mis zapatos, es inexplicable. Sólo un jugador que ha tenido ese privilegio de jugar un partido oficial conoce esa sensación”.
Por último sentenció que “cuando entré lo único que me dijo Santiago Solari (DT) fue ‘te cambiaron el arquero para que les hagas un gol’. Estoy muy agradecido con él porque han llevado mi situación bien. Muchas veces me enojé porque no me dejaban hacer todo, ahora entiendo cuando los kinesiólogos y los médicos me decían que no. Todo lo que pasa, pasa por algo. No cambiaría nada. Mi vida siempre ha sido intensa, dejando todo en lo que me propongo”.