El árbitro español Mateu Lahoz hizo sonar su silbato hace rato, pero eso no le importa al francés N'Golo Kanté, que debe seguir corriendo por el estadio do Dragao de Porto, donde Chelsea se quedó con el título de la Champions League, tras vencer en la final a Manchester City.

El único gol del partido fue obra del mediapunta alemán Kai Havertz, sin embargo, la gran figura del encuentro fue el campeón del mundo galo.

Como siempre, el ex Leicester demostró entrega, garra, exuberancia física, y también inteligencia táctica, porque tuvo la difícil tarea de marcar a la estrella de los rivales, Kevin de Bruyne, y lo hizo de gran manera.

Kanté, como siempre, se comió la cancha, aparecía por todos lados, y sus números así lo demuestran, porque tuvo ochos duelos contra sus rivales, y ganó en siete de ellos, mientras que ganó cuatro veces la pelota por el aire, pese a su baja estatura.

Kanté, el mejor de la final - Getty

Kanté, el mejor de la final - Getty

No cometió ninguna falta durante todo el partido y recibió dos infracciones. Limpio y notable el cometido del francés.

N'Golo Kanté le demostró al mundo que es el mejor volante de corte de la actualidad, y lo hace con una Orejona en su palmarés.