Como muchas mujeres durante la pandemia, Rossana Cancino fue despedida de su trabajo a los 62 años. Actualmente tiene 64 y cuenta que en ese momento, fueron despedidos todos los mayores de 60 años con la excusa de que era para cuidarlos del covid. Rossana vive sola y lamentablemente tiene que batallar con una dura enfermedad: tiene cáncer de mamas con metástasis a los huesos, por lo que tuvo que jubilarse el 2012 por discapacidad, ya que estaba en silla de ruedas producto del cáncer. 

Su trabajo como emprendedora comenzó con retablos. Los fabricaba con materiales reciclados, pero confiesa que le fue mal: "solo vendí dos que me mandaron a hacer. Con lo de la pandemia, empecé a hacer mascarillas para mí, luego mi familia me pidió que les hiciera y así pude recomenzar". Rossana confecciona cosas para la casa como manteles, caminos de mesa, guirnaldas, banderines en tela, individuales, bolsos, cosmetiqueros, entre otros. 

Todos los productos que fabrica y confecciona en su casa los vende en un persa que se formó en la comuna de Lo Espejo los días sábado. Comenta que hay muchos emprendedores, pero que pocos venden productos hechos por ellos mismos. "También participé en una organización que tiene puestos de venta en las estaciones de metro, pero participé solo por un mes, ya que como vendía mis bolsos, había una persona que llevaba más tiempo que también vendía esos productos y me dijeron que no se podían repetir", asegura.

Rossana recibe una pensión de 214.000 pesos mensuales: "tengo un autito que me compré con mi finiquito y que he podido ir renovando de a poco. No puedo caminar mucho o estar mucho rato de pie, pues comienza un fuerte dolor en la cadera. También sigo con mi tratamiento del cáncer, que está controlado, pero debo continuar tomando un par de medicamentos por el resto de mi vida", por lo que necesita vender sus confecciones.

Las imágenes de los productos que vende se pueden ver en su Instagram @florlunadeplata y los pedidos se hacen al número de whatsapp +56 9 6260 2189.