La eliminación de Colo Colo en la fase de grupos de la Copa Libertadores, una vez más, sigue siendo herida abierta para los hinchas del Cacique. Y como si fuera poco, Aldo Schiappacasse le mete el dedo en la llaga al temprano adiós de los albos en el máximo torneo de clubes de la Conmebol.
Es que Schiappacasse no puede entender cómo el Cacique nuevamente queda en deuda en el concierto internacional y critica el trabajo de Blanco y Negro junto a una dolorosa afirmación: lo del Monumental ya parece maldición.
“Colo Colo y su casa embrujada”, titula Aldo Schiappacasse su columna para el prestigioso diario El País. Agrega que “el equipo chileno más popular dilapidó otra vez su localía en la Libertadores. Desde el 2006 hasta ahora, fue eliminado 12 veces de los torneos internacionales en el estadio Monumental. Algo que ya parece una maldición”.
El periodista criollo agrega que “Colo Colo inauguró su estadio en septiembre de 1989, después de una larga historia de postergaciones. En terrenos que compró en 1956 en el municipio de Macul, en la capital chilena, quiso tener la construcción terminada para el Mundial de 1962, pero el terremoto de 1960 postergó todos los planes. Insuficiencias financieras y un par de intervenciones estatales a la administración alimentaron la frustración permanente de no poder jugar en casa propia”.
“Apenas dos años después de inaugurar el Monumental, los albos levantaron su primera y única Copa Libertadores de América, y consolidaron su hegemonía en los torneos locales ampliando en 18 su conteo de títulos. Colo Colo se hizo fuerte en un estadio que originalmente albergó 65.000 personas, pero que fue perdiendo aforo después de sucesivas remodelaciones”, complementó.
La maldición del Nacional al Monumental
Tal como recuerda Schiappacasse “todo cambió en el 2006, cuando en la antesala de jugar la final de la Copa Sudamericana ante el Pachuca, el Monumental fue sancionado por desmanes de los hinchas. Obligado a jugar en el Estadio Nacional, perdió la opción a ganar su segundo título continental, pero también abrió las puertas a una maldición incontrarrestable”.
“Desde entonces, el cuadro de el Cacique sólo ha podido pasar a la segunda fase en dos oportunidades (2007 y 2018) y en otras ocho vio cómo la chance de clasificar se esfumaba jugando en casa, casi siempre teniendo la mejor opción y con máximo aforo de público. La dolorosa eliminación sufrida la semana pasada ante el debutante colombiano Deportivo Pereira solo vino a ratificar una tendencia que tiene al cuadro más popular del país lejos del liderazgo continental que pretendió en la década de los 90”, repasa el comentarista.
Aldo Schiappacasse sentencia que “la maldición se extiende también a la Sudamericana, donde quedó eliminado en las cuatro oportunidades en que debió definir de local. Una situación que podría repetirse ahora cuando se mida en la fase de repechaje frente al América de Minas Gerais de Brasil. (…) En su casa, el Cacique ya no asusta, ni festeja. Y exhibe números de vergüenza, que desvanecieron la opción de unirse a los clubes dominantes de Sudamérica”.