Deportes Melipilla ha sido una de las revelaciones del inicio del Campeonato Nacional. El recién ascendido comparte el séptimo lugar y tiene una máxima: en las tres oportunidades en que dejó su arco en cero consiguió sus tres victorias en Primera División.

Uno de los responsables es Nicolás Peranic, quien habló del momento del equipo a bordo de La Redgoleta de RedGol. "Logramos mantener el arco en cero, que nos había costado, y desde un funcionamiento un poco diferente a lo de las primeras fechas, logramos ser ofensivos a nuestra manera y hacer daño al arco rival", valora.

El cuadro de los Potros tiene a la humidad como estandarte. Y la condición le cae de perillas al arquero argentino de 35 años, con una larga trayectoria pero muy lejos de los reflectores, la fama y los lujos que a veces se vinculan con la carrera del futbolista.

Sacando cuentas, jugué diez años como profesional en Argentina, hasta los 28 años, que me vine a Chile. Y puedo asegurar que he trabajado tres años y medio gratis, por lo menos. Un mes lo cobraba en tres y a veces en cuatro meses", reconoce el portero trasandino.

 

"Está el mito de que el futbolista está salvado y no es así. Son pocos. Después, el resto somos todos trabajadores: hay que ponerse el overol todos los días y salir a ganarse el pan".

La historia cambió cuando cruzó la cordillera. "En Chile siempre me cumplieron. No soy millonario, pero tampoco puedo ser caradura y decir que la paso mal. Estoy en un momento en el que tengo las cosas básicas, les puedo dar un gusto a mis hijos, pero yo termino de jugar hoy y mañana debo salir a buscar trabajo", sentencia Peranic.

Al menos, el cuidavallas advierte que tiene pega adelantada. "No tengo para quedarme haciendo la plancha, un año sabático, viendo a ver qué pasa con mi vida. Hoy en día uno se preocupa. Siempre supe que era así, por eso he estudiado y tengo mi título. Y qué bueno que el día de mañana me pasa algo y por lo menos tengo una herramienta para defenderme", subraya.

Nicolás Peranic explica el mito del futbolista
 

Con experiencia, Peranic tiene claras las cosas: "No me sobra nada. El 80 o 90 por ciento de los ex futbolistas ahora son un trabajador más. Son contados con los dedos de las manos los chicos que en dos o tres años de carrera resuelven su vida y las de sus futuras generaciones".

Muy por el contrario, el arquero reconoce que "el resto vive al día y no se puede regalar nada. Además estamos en Melipilla, una institución humilde, lo que hace que los sueldos no sean fuera de lo común".

"Está el mito de que el futbolista está salvado. Y no es así. Son pocos. Después, el resto somos todos trabajadores, hay que ponerse el overol todos los días y salir a ganarse el pan", reflexiona Peranic.

 

Por eso se prende a los objetivos del equipo. "Creo que está implícito que hay que mantener la categoría, hacer una buena campaña para no correr riesgos con la parte baja. Y más aún nosotros, que venimos recién ascendidos. Al margen de que nos han salido bien las cosas, es un periodo de adaptación porque la mayoría viene de jugar en la B", explica.

Pero Peranic también se da el tiempo para soñar. "Uno nunca debe ponerse límites. Siempre debes apuntar a lo más alto, dar todos los esfuerzos y ver hasta dónde llegas. Para un equipo recién ascendido, clasificar a una copa internacional sería extraordinario. Pero más que en objetivos a largo plazo, estamos más enfocados en el día a día, en mejorar para seguir fortaleciéndonos como equipo y seguir en este crecimiento", completa.