Juan Carlos Villalta lleva un buen tiempo alejado de las luces. Luego de su salida de CDF y Radio Agricultura, el Caco se dedicó a sus proyectos personales y se mantiene como director de postítulo en el Inaf, con su sitio Faro Deportivo y colaborando en Radio Dulce de La Ligua.

Pero se muestra plenamente vigente a la hora de hablar del fútbol y el estallido social. Por eso destaca el apoyo entregado por las figuras de la selección chilena al movimiento desplegado en el país hace tres semanas.

"Me parece bien, ellos son de estrato popular y no le pueden dar la espalda a su clase, porque son del pueblo. Son la excepción del pueblo sufriente, porque son exitosos. Es una solidaridad muy grande", reconoce Villalta.

 

Pero a la hora de calificar la actualidad política, su voz se vuelve grave. "El estallido social nos hizo ver una realidad que no veíamos, porque vivíamos bajo un volcán. No nos dábamos cuenta de que el volcán estaba en evolución y que en cualquier momento podía explosionar. Y explosionó como los volcanes: sorpresivamente, irrumpiendo, tirando lava por todos lados", asume.

Para el Caco, el problema surge de la división en la sociedad. "Está apareciendo el viejo concepto de la lucha de clases: los ricos contra los pobres, los postergados contra los favorecidos. Y en ese esquema es muy difícil dialogar", advierte.

"Tengo mucho temor de que exista un enfrentamiento muy fuerte entre los chilenos", agrega. "Yo soy soy viejo y viví la Unidad Popular y el Golpe Militar.  Entonces la gente aquí está jugando con fuego, cree que esto es chiste. El odio que se engendró en ese momento nos hizo tanto daño que todavía nos tiene acorralados", recuerda.

 

"En Chile no hubo educación de calidad, no hubo formación cívica, los muchachos jóvenes no respetan a sus papás ni profesores y a nadie. Se fue generando un mundo de injusticia que fue el caldo de cultivo para estos anárquicos (...). Creer que es el momento de la destrucción total es muy grave, muy peligroso. ", reflexiona Villalta.

Y teme duras consecuencias. "Si a usted le gusta vivir en Venezuela, va a tener una Venezuela parecida. No tengo ninguna duda. Vea el panorama latinoamericano cómo está. Perú, Argentina, Ecuador tienen sus problemas; en Brasil, Bolsonaro se enfrentará con Lula; Trump tiene dificultades en Estados Unidos... No es un fenómeno nacional, sino que mundial. Esto es producto del empoderamiento del ciudadano común, que se vé con un micrófono en la mano que es un celular", sentencia.