Impacto en el mundo del tenis produjo la noticia de que la canadiense Eugenie Bouchard, ex número 5 del mundo, anunciara su retiro de la actividad con apenas 31 años.
En Montreal jugará su último torneo la primera quincena de agosto con un ranking muy bajo: actualmente es la tenista 1.078 del mundo de la WTA. Lejos de su época de gloria en la que fue finalista de Wimbledon y top ten.
De hecho, en sus últimos meses está más dedicada al pickleball, un deporte que ha tomado mucha popularidad en Norteamérica por lo sencillo que se hace de jugar.
El golpe que cambió para siempre la carrera de Bouchard
En el 2015, en pleno apogeo de su carrera, Bouchard sufrió un accidente que cambió para siempre su vida. En el vestuario del US Open se resbaló, se pegó en la cabeza y sufrió una conmoción cerebral. Debió retirarse del certamen y apenas jugó un partido más en lo que restaba de ese año.
Demandó a la USTA por este hecho, asegurando que fueron los responsables de esta caída ya que el piso estaba mojado. La justicia le dio la razón asegurando que los organizadores fueron culpables en un 75% de lo ocurrido. No se revelaron los montos de la millonaria indemnización recibida.
Luego de eso, su carrera deportiva nunca fue lo mismo. Por lo mismo, explotó su figura para el marketing, haciendo sesiones de fotos para la revista Sports Illustrated y asistiendo a eventos sociales. Y se sentía orgullosa de eso.
“El tenis es un gran deporte para el atractivo sexual. Llevamos faldas cortas, tops… Es bueno encender la televisión y verlo, así que me ha ayudado tener contratos fuera de pista”, contó en el podcast Not Alone.
“Me han pedido que salga en la portada de Sports Illustrated con ropa de baño. Eso estaba en mi lista de cosas por hacer. Es parte de lo que soy y creo que es genial”, agregó por la sesión realizada en Aruba el 2018.
Con rendimientos deportivos muy bajos, perdió a su principal patrocinador: Nike. Firmó luego por New Balance, pero no pudo recuperar el nivel mostrado en el arranque de su carrera y gracias a la invitación en Montreal podrá despedirse ante un público que le auguró un gran futuro truncado por un resbalón.