La selección chilena jugará ante Rusia este sábado, en Sochi. Un duelo que inevitablemente lleva a recordar el duelo de la Roja ante los locales que se disputó en Moscú por el repechaje para el Mundial de 1974, cuando aún esa nación era la Unión Soviética.
Fue 0-0 el resultado final, marcador que terminó siendo un gran logro para Chile. El encuentro, disputado el 26 de septiembre de 1973, se jugó apenas dos semanas después del Golpe de Estado ocurrido en nuestro país.
El convulsionado ambiente político llevó a que los rusos se negaran a venir a jugar la revancha en noviembre, lo que le dio la clasificación a la escuadra dirigida por Luis Álamos para Alemania 74, por no presentación del cuadro europeo.
El recuerdo de Leonardo Véliz del partido de 1973
Quien jugó en el encuentro de ida fue Leonardo Véliz, quien venía de ser gran figura de Colo Colo en la Copa Libertadores de ese año, en la que alcanzaron la final del certamen.
En entrevista con Redgol, el Pollo recuerda lo que fue ese viaje a Moscú. “Todo fue muy raro. Desde que nos fuimos de acá, cuando escuchábamos balazos en las noches. Pensábamos en las familias, en la incertidumbre. No sabíamos cómo íbamos a ser recibidos en un país que rompió lazos diplomáticos con Chile“, manifiesta.
-¿Pensaron en algún momento no presentarse en protesta por el clima político que existía en Chile?
Me sentí raro. Siendo un hombre de izquierda, me superaba el tema deportivo. No antepuse mis ideas de izquierda en comparación a lo que significaba representar a Chile, un Chile que en ese momento no deseábamos que fuera lo que era por quien nos gobernaba (Augusto Pinochet). Pero eso lo superaba el tema futbolístico, querer sacar un buen resultado, clasificar a un Mundial, pues jugarlo era mi sueño. Superando esas contradicciones, tenía conciencia política.
-Se bautizó como el partido de los valientes, ¿lo sintió así junto a sus compañeros?
Eso de los valientes es una exageración. Valiente de qué, si íbamos a jugar fútbol, no a una guerra. Era irrisorio pensar que no íbamos a volver o que podían tomarnos como rehenes. Esas cosas no iban a pasar, lo exageró mi amigo Axel Pickett (autor del libro con ese nombre) porque es un título vendedor.
–¿Cómo recuerda el tema futbolístico al enfrentar ese partido ante una escuadra que era subcampeona de Europa?
Nos preocupaba todo, porque tenían buena selección, eran potencia en Europa. El Zorro Álamos por eso paró un 4-5-1. Olivares al arco; Juan Machuca, Alberto Quintano, Elías Figueroa y el Chino Arías; Negro Ahumada, Juan Rodríguez, el Loco Páez, Chamaco Valdés y yo, para dejar arriba a Caszely. Lo pienso y hoy se juega así, hasta el Manchester City juega con uno solo arriba, con Haaland.
–No hay imágenes de ese duelo, pero se habla que se defendió de manera heroica para sacar el 0-0.
Eso es lo que tuvo el Zorro Álamos, aplicó táctica defensiva con jugadores que eran atacantes. Y si no tuvimos volumen de ataque, fue porque los rusos eran buenísimos.
-¿La figura de ese partido?
Todos destacan a Quintano con Elías, porque nos llenaron de centros. Pero los que tenían que rechazar eran ellos. Claro que Ahumada con Rodríguez nublaron las ideas por su, para que no alimentara a Oleg Blokhin (histórico goleador de la Unión Soviética). Por el otro lado estaba Páez conmigo y el Chino Arias. El equipo fue un acierto del Zorro, que reunió a Quintano con Elías, jugadores inteligentes, sabían sus funciones.
-También se dice que Elías Figueroa, que jugaba en Inter de Porto Alegre, supo manejar al árbitro brasileño Armando Marques, a quien incluso le ofreció la camiseta. ¿Pasó eso?
Son elucubraciones, parte del folclor. Es un mito lo que se dijo que Elías le regaló la camiseta, o que manejó el partido. No fue así. No se le puede quitar mérito a todo el equipo, pues la labor táctica defensiva fue excelente, gracias a todo el equipo.
-¿Tiene alguna anécdota de ese viaje?
Yo andaba loco por comprarme una cámara fotográfica. El precio era estupendo, re barata, pero al ir a pagarla me piden el pasaporte y me dice que como era extranjero, debía pagar cuatro veces más, así que chao. Luego caminé y me puse a jugar fútbol con unos niños, en una plaza. Después supe que se preocuparon porque nos pidieron que no saliéramos solos y me demoré en volver.
–Tras el empate, tuvieron un regreso triunfal a Chile, ¿cómo fue ese momento?
Sí, el regreso fue un triunfo. Volamos muy temprano, se durmió poco, algunos festejamos en alguna habitación. Los más amigos nos juntamos, pero llegando acá ya ni me acuerdo del recibimiento, aunque sí que nos recibió Pinochet con la Junta Militar.
