Chile uno a uno ante Venezuela: no basta con el corazón de Vidal y Alexis

Chile vivió una jornada tan histórica como lamentable en Caracas: por primera vez, perdió por eliminatorias como vista ante Venezuela en una muy opaca presentación del equipo dirigido por Reinaldo Rueda.

La Roja tuvo poco para destacar y la Vinotinto fue inteligente para explotar las falencias de un Chile que no mostró reacción salvo cuando se vio perdiendo 2-1, donde se comenzó a generar algo en ataque yendo a buscar con más ganas que fútbol.

Sin más, te dejamos el análisis de la histórica derrota de Chile ante Venezuela:

Claudio Bravo: Dos intervenciones y ambas con muchísima solidez, ambas ante Darwin Machís, una de achique y otra sin dar rebote en un tiro de fuera del área. Se suma también el rápido achique en la que Rondón o se “asustó” o sólo hizo gala de su mal presente. En el segundo tiempo se le acercaron poco y un rebote lo descolocó en el gol de Salomón Rondón.

Mauricio Isla: Le tocó trabajar duro entre Cristián Cásseres y Darwin Machís, cargado por ese lado. En la que se descolgó, recordó esos tiempos de Udinese con Alexis para la jugada del gol de Arturo Vidal. Mientras la Roja intentó algo en el segundo tiempo fue protagonista con mucho desborde por su banda, pero que no causó el daño necesario. De lo mejor de Chile.

Paulo Díaz: Partió muy inseguro y promoviendo las cargas arriba de Venezuela, que se tradujeron en muchos córners en pocos minutos. También “fuera de foco” en una arremetida de Salomón Rondón que falló de manera increíble el venezolano. En el complemento se afirmó en algo, fue fuerte por arriba, rápido y “arregló” los yerros de su compañero Guillermo Maripán, pero lejos de su mejor forma.

Guillermo Maripán: Bajo partido de Memo. Regaló la falta de donde nace el gol de Luis del Pino Mago, le ganó la espalda luego Machís y se fue en mano a mano contra Bravo y también fuera de posición en el mano a mano de Rondón. En el complemento nuevamente se le vio falto de tiempo-distancia, perdiendo reiteradamente su posición.

Jean Beausejour: Mucho trabajo con el asedio de Jefferson Savarino. Por su lado también accionó el buen Yangel Herrera, gran arma ofensiva del mediocampo Vinotinto en el primer tiempo. Tuvo poca proyección ofensiva y recién en el complemento se animó un poco más, pero sin lograr dañar.

César Pinares: Bajo partido del volante de Gremio. No logró profundizar para ayudar a generar juego y tuvo muchas complicaciones también ayudando a cubrir su banda, lo que llevó a Reinaldo Rueda a buscar con Claudio Baeza para el segundo tiempo.

Érick Pulgar: Quizás el más “rescatable de Chile. Claro para dar la primera salida de la Roja que ayudó a la rápida reacción en el primer tiempo tras el gol de Luis del Pino Mago, pero no era el llamado a generar el juego ausente.

Arturo Vidal: Apenas la tuvo empezó a generar peligro. Despliegue, gol y claridad en un primer tiempo bastante opaco de la Roja. En el complemento intentó con más ganas que otra cosa, pero sucumbió en la poca claridad de mediocampo hacia arriba de Chile.

Alexis Sánchez: Cuando la tocó y entró en juego, Chile empezó a generar en ofensiva. Participó con mucha claridad en la jugada del gol de Arturo Vidal y se enganchó de manera constante para buscar juego. En el segundo tiempo siguió en esa tónica, pero terminó por naufragar al bajar de manera tan constante.

Felipe Mora: Prácticamente no participó del juego, aunque intentó con mucha voluntad en el primer tiempo y buscó algún centro por alto, pero no fue suficiente.

Jean Meneses: Algo inconexo y preocupado de bajar a marcar por su zona, donde trabajó Yangel Herrera. Tuvo una clarísima con el arco de frente y elevó.

(45’ ET) Claudio Baeza: Entró por un César Pinares muy bajo pero no logró dar soluciones ni en ofensiva ni en defensa. Regaló una pelota con todo el equipo jugado que terminó en el gol de Salomón Rondón.

(75’) Carlos Palacios: Ingresó muy tarde, pero tampoco fue una solución. Tuvo un remate muy desviado y se quedó mirando el campo.

(88’) Andrés Vilches: Su ingreso ya fue un último intento desesperado por buscar algún “Ave María”.