Hace algunos días atrás el fútbol italiano fue víctima de un nuevo y lamentable hecho de racismo. En el duelo entre el Internazionale y Napoli, un grupo de hinchas del cuadro nerazzurri violentó al defensa rival de origen senegalés, Kalidou Koulibaly.

Con insultos y hasta imitando chillidos de mono, los inadaptados racistas convirtieron la jornada de Koulibaly en un infierno.

Desde los altoparlantes advirtieron en varias ocasiones al público, pero al árbitro no se le ocurrió suspender el partido y el zaguero se fue expulsado por aplaudir al réferi tras pintarlo de amarillo por una infracción, claramente fuera de sí por la situación de la que era víctima.

Hoy en el duelo ante el Bologna de Erick Pulgar, los forofos del Napoli le mostraron todo su apoyo al defensor con carteles que tenían impresa la cara del senegalés y la consigna “todos somos Kalidou”.

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