¿Cuántos likes tendría la Lazio si hubieran existido las redes sociales en el año 2000? Seguramente miles de millones, como coronación de una campaña absolutamente inolvidable para ganar el Scudetto, y que tuvo a Marcelo Salas como protagonista principal.

El delantero chileno comenzó la temporada anotando el gol del triunfo sobre Manchester United en la Recopa europea y terminó como goleador del equipo romano en la Serie A, pese a que no era la primera opción del técnico Sven-Göran Eriksson.

El sueco era pesado, pero no era lo único. En esa plantilla de la Lazio ni Pelé hubiera tenido asegurado el puesto. La lista de jugadores es absolutamente estremecedora y así lo demuestran los dos equipos que se pueden armar:

Equipo 1: Luca Marchegiani; Paolo Negro, Alessandro Nesta, Sinisa Mihajlovic y Giuseppe Pancaro; Sergio Conçeiçao, Diego Pablo Simeone, Juan Sebastián Verón; Pavel Nedved, Alen Boksic y Marcelo Salas.

Equipo 2: Marco Ballotta; Guerino Gottardi, Fernando Couto, Néstor Sensini, Giuseppe Favalli, Attilio Lombardo, Dejan Stankovic, Matías Almeyda, Roberto Mancini, Simone Inzaghi, Fabrizio Ravanelli.

Marcelo Salas fue el goleador del campeón de Italia con 12 anotaciones

La lucha por el título fue aún más memorable. La Juventus era el primer favorito y tenía nueve puntos de ventaja sobre los biancocelesti a ocho fechas del final. Pero la Lazio ganó en Delle Alpi con gol de Simeone y todo cambió hasta llegar con opción a la última fecha.

La Vecchia Signora también tenía un equipazo: Van der Sar, Paolo Montero, Pippo inzaghi, Alex del Piero, Zinedine Zidane y Edgar Davids son solo una muestra. Pero sucedió lo impensado y el equipo de Salas se quedó con el título el año de su centenario.

El 14 de mayo de 2000, la Juve tenía dos puntos de ventaja y visitaba a Perugia, mientras la Lazio tenía que ganarle a Reggina y esperar. Lo segundo se cumplió con una amplia y tranquila victoria por 3-0 en Roma. Y en la Umbría llegaría el milagro.

La Juventus no podía con su rival y la lluvia inundó el campo de juego, obligando a extender el entretiempo por más de una hora. Cuando volvió el fútbol, la Lazio ya había ganado, pero había que conocer el resultado del otro partido para abrazarse.

No era el día de la Juve. Ciro Ferrara erró un despeje y Alessandro Calori anotó para Perugia. Los celulares hervían en el Stadio Olímpico y hasta que llegó el mensaje final. Por un punto de diferencia, la Lazio era campeón por segunda vez en su historia.

Cuatro días después, los mismos romanos empataron con el Inter de Milán en un choque entre Marcelo Salas e Iván Zamorano y se llevaron la edición de la Copa Italia. Una leyenda que hoy día recordamos con la emoción a tope.