La selección chilena quedó eliminada de la lucha por el título en la Copa América femenina y por un cupo a los Juegos Olímpicos de París 2024, y sólo le queda por rescatar el boleto a un repechaje clasificatorio al próximo mundial. Pero el balance no es tan negativo, si se considera el surgimiento de Mary Valencia en la Roja, con sólo 18 años.
La delantera nacida en Colombia se nacionalizó y en tres meses pasó del Sudamericano Sub 20 al equipo adulto. Sin embargo, su aparición estelar ha estado teñida por comentarios xenófobos y racistas en redes sociales, que han sido transversalmente criticados y ponen el acento en el cuidado que debe existir frente a estas plataformas.
El tema no quedó ahí y Mary hoy cuenta con una aliada importante. Se trata de Ryann Torrero, ex arquera de la selección chilena, de origen estadounidense, nacionalizada por parte de madre y que se alejó de la actividad tras ser bicampeona con Santiago Morning. Su salida de la Roja fem tuvo polémica, pero sus razones están sobre la mesa.
“Recibí muchos comentarios xenófobos durante mi estancia allí. Incluso amenazas de muerte, y gente que me decía que me suicidara porque no había nacido allí. No enfrentar este tipo de mentalidad cancerígena sólo hace que se mantenga, y que la gente se sienta con el derecho a pensar de esta manera enferma, porque no hay consecuencias”, sentenció Ryann.
Lamentablemente este tipo de ataques encuentra sostén en el anonimato de las redes sociales y su alcance va creciendo al mismo nivel de un fútbol chileno que cada vez tiene más fronteras abiertas y en el futuro seguramente tendrá un altísimo componente de nacidos en el exterior que optan por nacionalizarse.
Por eso, es necesario que el caso de Mary Valencia sea tomado con la gravedad que requiere y que la reprobación dé paso a medidas concretas que vayan en defensa de los y las deportistas; más allá de normalizar este trato o quitarle validez por encontrarse en espacios como las redes sociales.