Gustavo Grabia es el periodista argentino que más sabe de barras bravas en Argentina. De hecho acaba de reeditar el libro “La 12”, en la que cuenta la historia de la hinchada de Boca Juniors. La tapa del volumen sale con agujeros de bala, lo que es un buen resumen.

En el podcast de Blender “Hay Algo Ahí” contó toda la historia de lo ocurrido en Avellaneda hace una semana, en la pelea que hubo entre los fanáticos de Independiente y la U. de Chile.

La pelea entre hinchas de Independiente y U. de Chile

“Trajeron mucha gente desde Chile los de la U, todo estaba mal diseñado de un principio. Debieron darle 2 mil personas, número que vendieron en cuestión de nada y dicen en la U ‘mándame más’. Te mando todo dice Independiente, total allá en Chile se portaron bien. Pero no dejaron lugar para un pulmón de seguridad si querían hacerlo, que es un gasto aparte, pues requiere de 150 efectivos más. Era gastar cuando podían facturar por las entradas de más”.

En Independiente hay dos barras: la oficial y la disidente. La oficial la banca la policía, el club, la política y la maneja Mario Nadalich, de Barracas, junto a Juan Ignacio Leczniki. Maneja los negocios. Y la barra disidente la mandan dos hermanos, los Caña, que son Cubillas. David Cubillas”.

La masacre de Avellaneda

“Todos lo de la oficial estaban con Bebote (ex líder la barra), que cae preso por extorsión a Ariel Holan (el 2019). La barra la agarran los que vienen atrás y cuando sale Bebote pide de vuelta “lo que es mío” y le dicen de ninguna manera. Eso pasa en todas las barras. El que se queda con la tribuna, no hace que la recupere el que sale de prisión”.

“Qué le permitió a Independiente que no haya público visitante (en el torneo local), que vaya la barra histórica a tribuna norte, donde va siempre. Y a la sur va la disidente. Esa es la barra que intenta robarle una bandera a los chilenos de las que colgaron, pues dicen ‘se llevan bien con la barra oficial, no con nosotros’. Ahí empiezan a tirar cosas los chilenos, se entusiasman con eso. Vasos con líquidos que yo no elegiría para tomar. Después rompen todos los baños, tiran las butacas de plástico, que tienen guías de acero para sostenerlos. Era una locura”

“Qué es lo que pasa con la seguridad. Como no había visitante (en el torneo local), sacaron todo lo feo para ver un partido: las rejas o acrílicos, pues no se veía bien. Eso se ponía para no tirarle cosas al público que estaba abajo. Pero las canchas sacaron eso. Independiente no iba a poner el alambrado por un partido, pero sí debieron poner oficiales de seguridad privada y que la barra estuviera cuatro escalones más arriba”.

“Dicen que no había policía. Pero la policía no puede entrar a la cancha, está prohibida desde hace años, de Nilda Garré (ex ministra de Seguridad de Argentina desde el 2010 al 2013). Sólo pudo intervenir en caso de conmoción, que sí ocurrió en este caso”.

“El partido se suspende. Y se suspende porque empezaron los chilenos. Por eso creo que si no se metía la barra de Independiente, estarían clasificados a los cuartos de final, le daban el partido ganado”.

El periodista argentino Gustavo Grabia

La masacre a los chilenos de parte de los argentinos

Los disidentes quieren subir, pero no pueden. Alguien piensa en el operativo de seguridad y dicen manden infantería para que no vayan a buscar a los chilenos y los reprimen a los disidentes. Cuando los reprimen, los disidentes, al no poder subir, vuelven a entrar a la tribuna y le cantan a la oficial ‘la barra tiene miedo, por la plata no se alienta, son todos cagones'”

“Todo lo que tiene la barra oficial, es un convenio grande de dinero con la dirigencia y la policía. Eso a cambio de no hacer ningún incidente. De hecho Leczniki sólo tenía cuatro meses de derecho de admisión tras cagar a trompadas a dos personas en la tribuna. Y a los disidentes le dieron cuatro años por ir a buscar a los oficiales a la sede”.

El partido entre la U e Independiente se suspendió

“Buena parte de la cancha empieza a cantarle también a la oficial, porque son pro barra. Ahí la oficial dice “vamos a buscarlos” o perdemos toda legitimidad y quedamos mal nosotros”.

“Qué hace la oficial. Como ya vieron lo que pasó enfrente, que no podían pasar por infantería, hacen que algunos vayan por atrás, por el movimiento interno que conocen, pues son ejércitos prusianos. Ahí pasan dos portones que no deberían haber pasado. Pero pasan esos dos portones porque había cuatro de seguridad privada en cada uno. Si van 60 monos dispuestos a todo, les dicen pasen muchachos, hasta los acompañan. Todo eso es responsabilidad del club y la organización de la Aprevide (Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte) y la policía”.

“Cuando pasa eso el partido estaba suspendido, los estaban sacando a los chilenos, a los que la policía les estaban repartiendo. Pero con códigos tumberos fueron a masacrar. Si Los que quedaban eran los que no querían quilombo. Los que se quedan dos horas en la cancha hasta que pase todo. Fue una cacería”.

“Luego hay un bochorno tras otro. Recién se pidieron allanamientos y el juez no los había autorizado. El sábado pasado había un comunicado que había 25 identificados de Independiente y no le habían llevado eso a la Fiscalía. O sea 48 horas antes avisaste a las barras que tienen 25 identificados. Hay que ser ingenuos para pensar que es un error de la policía y el club, porque ahora salieron las órdenes de detención y lo más probable es que no encuentren a nadie”.

“La barra disidente está feliz. Piensan que saldrán muchos derechos de admisión, como mínimo 25, y si no estás adentro de la cancha es difícil conservar el poder. Por eso el que cae preso no recupera a la barra. Es lo que le pasó a Rafael Di Zeo en Boca”

“Conmebol dice que sí advirtió a Independiente. Yo vi ese documento y estaba en una tercera hoja sin firma. Eso está agregado, no es original, pero como decide Conmebol le importa cero si es original o no”.