Alexis Sánchez es sin duda uno de los mejores jugadores chilenos de todos los tiempos, y su carrera la inició muy joven en Cobreloa, donde le tocó llegar a un equipazo, que entre otros líderes contaba con el argentino José Luis Díaz.

El Pepe conversó con RedGol desde Buenos Aires y recordó los inicios del Niño Maravilla, asegurando que desde siempre se notó que tenía pasta de campeón.

“Impresionante, un chico que llegó que lo trae Nelson a los 15 años, flaquito, al verlo así se notaba que tenía que aprender algunas cosas y justo entró a un plantel con jugadores de experiencia, donde muchos lo cobijaron, como Nelson Tapia, Mauricio Aros, Rodrigo Pérez, muchos lo agarraron y le hablaban y le enseñaron muchas cosas. Él siempre los escuchó, aprendió y llegó a ser un jugador que demostró su futuro en poco tiempo. Se adaptó bastante rápido desde chico”, señaló en primera instancia el ídolo loíno en La Redgoleta.

Pero luego Díaz echó a correr la memoria, y contó el día en que el goleador histórico de la selección chilena le avisó que iba a llegar a los mejores clubes del mundo.

“Él era metido, pero a la vez tímido. Él vivía en una pensión en Calama, y alguno de nosotros lo llevaba hasta ahí en auto. Un día lo llevé yo, entramos, me mostró la habitación, y la larga me asombró porque hizo lo que él quiso; y me mostró un póster de Ronaldinho en el Barcelona, un póster de Ronaldo, el Gordo Ronaldo, y otro del Manchester United pero no me acuerdo de qué jugador; y entonces él me dice ‘Pepito, yo un día ahí voy a llegar’. Cumplió su sueño, me lo mostró en un póster y hoy está hoy disfrutando y jugando con los jugadores que tiene al lado. Uno se pone contento con estas situaciones”, señaló el ex artillero de los Zorros del Desierto.

Pero eso no fue todo, el Pepe Díaz también reveló las bromas que le hacían a Alexis, donde la clásica era tirarle el balón lejos para que lo vaya a buscar desesperado.

“Se notó desde siempre que iba a ser crack. No era por ser malo, ni nada, pero salíamos a la cancha a las 9:00 de la mañana y los más grandes íbamos un rato antes, y nos poníamos a conversar, y en el grupo estaba Alexis. En la mañana siempre hace frío en Calama, y nosotros le tirábamos un pelotazo al otro lado del arco, y lo hacíamos porque sabíamos que Alexis iba a salir con todo a buscarla, sin calentar ni nada, y volvía haciendo cada cosa del otro lado. Entonces nosotros hablábamos y decíamos que teníamos que ubicarlo bien. Es un chico muy humilde y le gustaba escuchar a los grandes”, sostuvo.