Por Daniel Fuenzalida F.
Combinar noticias y entretención no es fácil. Más aún en el Chile actual con una crónica roja desatada, una economía en descenso y un país cada día más polarizado en lo político. En ese contexto, aparece -todos los fines de semana en Meganoticias Alerta- Rodrigo Sepúlveda con un estilo pocas veces visto en un conductor de noticiarios: lúdico, locuaz, opinante en su justa medida y profundamente empático con el dolor ajeno.
Entender la atmósfera que crea “Sepu” en los bloques matinales requiere una alta dosis de lectura y análisis de audiencias. El periodista entendió -y el canal lo asumió- que el libreto solo señala un camino, pero la real interacción con quiénes están detrás de las pantallas está en la improvisación. En el momento donde se caen las caretas y aparece el hombre de verdad, lejos de maquetas.
El lunes 15 de agosto fue una fecha clave en la historia reciente del Departamento de Prensa de Mega. Ese día estaba marcado con rojo en el calendario y ChileVisión puso al aire su matinal “Contigo” sin notar que era festivo. En el canal de Vicuña Mackenna dieron libre al equipo de Mucho Gusto y encomendaron a su hombre ancla ir contra viento y marea. La idea era hacer frente al trasatlántico de CHV con todos los giros que puede hacer un espacio franjeado. Y el resultado no pudo ser más favorable: Sepúlveda venció a Julio César y Monserrat Álvarez.
¿Es el momento de mover a Sepu al matinal? Mi respuesta, desde la industria, es no apresurar las cartas. Se viene un 2023 competitivo y la estrategia bélica indica que hay que guardar municiones para futuras batallas.
En esta lucha de noticias de fin de semana, Rafa Cavada tiene una dura misión. El hombre parece más cómodo como movilero de matinal que de conductor. Pergaminos tiene -y de sobra-, pero estar frente a una cámara durante horas, en el contexto televisivo actual, requiere más que un buen currículo. Son tiempos donde manda el control remoto y el público juzga a cada instante.
Mega tiene en sus activos a un verdadero crack. Un hombre que forjó su carrera en el periodismo deportivo y que salta a las grandes ligas. Como se diría en jerga futbolera, Rodrigo Sepúlveda es un delantero dúctil, capaz de habilitar y concretar con la potencia de un Mortero Aravena y la precisión de Don Elías (Figueroa). Un crá de tomo y lomo.