Luis Miguel es una estrella tan querida y mediática como hermética. Si bien se conocen detalles de su vida privada dada su exposición, el Sol no suele participar en programas y menos en publicidades, al menos en el último tiempo. 

De hecho, hace 16 años que el cantante no aparecía en un spot, pero en medio del a pandemia lo hizo para promocionar Uber Eats, delivery de comida. 

“Esta noche voy a cenar fetuccini con salsa de trufas blancas y queso parmesano”, se florea Luis Miguel cuando se escucha un timbre. 

Ahí aparece la clásica bolsa de delivery que le traía el menú. “Mi incondicional amigo”, cierra el mexicano en un aviso que dura 19 de segundos pero que fue suficiente para dejar la grande por todo el mundo. 

La última vez que Luis Miguel participó de publicidad fue en 2004, cuando hizo un spot de los chocolates Ferrero Rocher, aunque antes también tenía otras apariciones. 

Así se anota en su currículum la promoción de papas fritas Sabritas cuando más joven, Coca Cola y Cerveza Corona, además de una invitación para llevar turismo a Acapulco

El siempre hermético Luis Miguel abrió otra faceta para demostrar histrionismo más allá de su talento en el escenario, una cara que parecía escondida pero que reflotó con todo.