La cuenta sigue ahí y los tuits que había publicado hasta ahora también. Francisco “Pancho” Saavedra no ha eliminado su perfil de Twitter, pero decidió alejarse de la red social, tras ser blanco de agresivas declaraciones y también de memes al punto de convertirse en uno de los temas más comentados en la red social.

“Primero, decidí desconectar Twitter de esta cosa”, comentó el periodista en medio de “Sigamos de Largo”, señalando su smartphone. “No saqué mi cuenta, no la cerré para que la gente no dijera ‘cobarde’ y otras cosas, no”.

Dije ‘chao’, porque yo soy de mecha corta. Entonces, respondo. Me he dado cuenta de que…Porque salgo por Chile me he dado cuenta que la gente es puro cariño, y me dije ‘¿sabes, qué? Estoy puro tonteando”.

Y añadió que “no me arrepiento, porque siento que la gente de pronto detrás de una cuenta se encapuchan, se tapan, no dan nombre ni apellido. Esos mismo no son capaces en la calle de mirarte a los ojos y decirte ‘yo soy la que te dijo esto'”.

El conductor de “Lugares que Hablan” también comentó el hecho de que ha sido criticado por responderle a mujeres sin insultos, pero en duros términos.

“No es ser machista, es que si alguien te está tratando agresivamente ¿por qué yo no le puedo responder? Como que uno fuera, no sé, un intocable. ¡A mí me corre sangre caliente por las venas!”, recalcó.

Así que por eso “decidí desconectarme mejor y me quedo con el abrazo de la gente, me quedo con el cariño en la calle”.

COCAÍNA

El animador también recordó una vez más el tiempo en que su familia lo ayudó a salir de las drogas y prácticamente le salvaron la vida.

El episodio lo ha contado varias veces, en diciembre de 2016 y también en junio de 2019, pero destacó que siempre vale la pena volver a comentarlo.

Su adicción se gestó por el bullying que sufrió cuando ingresó a estudiar comunicación audiovisual a IACC en Santiago, por ser de Curicó y tener acento provinciano.

“Fue súper difícil estar ahí, sentir cómo esta clase social alta pero altanera, sentir la discriminación fuerte por venir de provincia.Recuerdo que me metí tres meses en la cocaína. No tan intenso, pero estaba metido. Si yo hubiese seguido por ese camino, no estaría contando esta historia aquí“, explicó.

Cuando una de sus primas lo pilló y habló con su familia, entonces se dirigieron a un centro de la Universidad Católica. En el lugar, “me entregan el presupuesto a mi papá. Decía 10 millones.Veo a mi papá que se le caen las lágrimas y le dice a mi mamá ‘bueno vieja, venderemos un camión’”.

“Luego se pasa la película de toda tu vida y me dije ‘todo esto porque el tonto hueón anda volando dentro de un canasto. Voy a hacer perder a mi papá el capital de su trabajo porque ando tonteando, ando metido en cosas que no debo estar metido'”, continuó.

El remate de la historia “fue en dos segundos. Le dije a mi papá ‘chao, por favor no, no y no, porque me va a hacer peor si tu llegas a hacer esto. Vámonos, parémonos de acá, se acabó, te juro que no lo voy a volver a hacer‘”.