Una niña inteligente, decidida y enamorada de la ciencia construye un cohete para viajar a la Luna y demostrar la existencia de una legendaria diosa. La pequeña Fei Fei se verá envuelta en una inesperada aventura y descubrirá un enigmático mundo de criaturas fantásticas en "Más Allá de la Luna".

Glenn Keane afina su puntería para comandar su primera película animada tras curtirse en la animación de la mano de Disney y ganar un Oscar gracias a su cortometraje "Dear Basketball", la emocionante historia que creó junto a Kobe Bryant. El cineasta antes se había formado con grandes producciones como "La Sirenita", "Pocahontas", "Tarzán" y "Aladdin" para llegar a este punto. Y ahora logra un llamativo resultado, con una alegre historia que, paradójicamente, ancla su espíritu en el dolor provocado por la pérdida de un ser querido.

Lo cierto es que la película ni siquiera alcanza a ser un coming of age, porque la protagonista apenas tiene 12 años. Es más bien un abrir y cerrar de puertas, para conducir y enfrentar los conflictivos sentimientos que afloran por el trauma de enfrentarse repentinamente con el fin de la existencia. ¿Qué hay al otro lado de ese umbral? ¿Cómo cambia tu vida la irrupción de un evento de tal envergadura? ¿Cuál es tu propia reacción? Son preguntas que encuentran respuestas directas aquí.

Pero esto está lejos de todo lo oscuro que un suceso así puede implicar. Sobre todo por un cariño que se denota tanto en el diseño de su historia, así como también en la calidez del desarrollo de la misma, junto con los gestos, formas y actitudes de los personajes.

Estamos ante una producción de esas que se anhelan aún más en períodos tan difíciles como la actual pandemia, cuando el distanciamiento nos ha vuelto fríos y ensimismados. Te transmite una sensación positiva, te saca una sonrisa, eleva el ánimo.

Los relatos de infancia que te hacen soñar y maravillarte con su atractivo trazan la ruta de los anhelos y frustraciones de la protagonista, quien posee una inteligencia inquieta y una audacia particular que la lleva a probar nuevas cosas.

La mística de una leyenda china sobre la diosa que habita en la Luna se moderniza en esta entrega, para funcionar con la hiperkinética vida infantil actual, sobrecargada de información y contenidos, además de estar inevitablemente conectada a la tecnología.

Hay un guiño especial al potencial femenino en el mundo de la ciencia que hace todo aún más especial: eso de superar barreras una y otra vez no solo tiene que ver con la forma en que la sociedad está establecida, sino que con un desafío personal.

Cuando la película explota en todo su esplendor lo hace con grandilocuencia y unas visuales coloridamente hipnotizantes. Es realmente un espectáculo hermoso de ver y mientras su paleta cromática brilla vibrante en la televisión se conjuga con canciones pop pegajosas e imposibles de ignorar, como un gran reflejo de artistas que llenan estadios procurando desplegar la mayor puesta en escena posible.

 

Puede que su falencia esté en el terreno de ser extremadamente literal cuando ya es lo suficientemente imaginativa para proponer sus ideas. Los mensajes no quedan abiertos a la interpretación del espectador, sino que están firmemente anclados en su exposición.

Eso es un detalle que puede desconcertar si atribuyes mucho valor a las obras que te dejan más bien ideas maleables con que jugar, por sobre planteamientos categóricos sobre sus premisas.

El recorrido es entretenidísimo igual. "Over The Moon" quiere ser un viaje de aventura y descubrimiento sobre el ambiente en que te desenvuelves como nueva persona e incluso en torno a los sentimientos personales; en ese sentido cumple.

Y aunque para los adultos probablemente transmita sensaciones obvias, porque son conocimientos ya ganados y trabajados; para las audiencias más pequeñas la película tiende a empujar la motivación sobre las posibilidades exploratorias del momento en que te abres camino en el mundo.