Hace casi un año, Alejandro Tabilo sacudió el mundo del tenis al superar con autoridad a Novak Djokovic en Roma.
La inesperada derrota dejó al serbio desconcertado y con una sensación que pocos rivales le habían provocado.

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El día en que Tabilo silenció a Djokovic
El 12 de mayo de 2024 quedó marcado en la historia del tenis chileno. Alejandro Tabilo, sin gran cartel en los torneos de élite, enfrentaba al entonces número 1 del mundo, Novak Djokovic, en el Masters 1000 de Roma.
Para muchos, era un trámite para el serbio. Para el chileno, era la oportunidad de su vida.
Pero lo que pasó en la cancha del Foro Itálico fue una lección de humildad para el 24 veces campeón de Grand Slam. En apenas 67 minutos, Tabilo dominó a Djokovic con un contundente 6-2 y 6-3.
La frialdad en el rostro del serbio al final del partido lo decía todo: no entendía lo que acababa de pasar.

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La declaración que encendió las alarmas
Si la derrota ya era impactante, sus palabras después del partido lo fueron aún más. Djokovic admitió que se sintió completamente fuera de sí en la cancha.
“Era como si otro jugador hubiera tomado mi lugar. No tenía ritmo, no tenía equilibrio. Es preocupante”, confesó.
El serbio, que días antes había recibido un botellazo accidental en la cabeza, incluso dudó de su estado físico y mental.
“Voy a hacerme chequeos médicos para entender qué está pasando”, agregó, dejando en el aire la incertidumbre sobre su futuro inmediato.

Novak Djokovic y Alejandro Tabilo se abrazan en la red tras su partido en el Masters 1000 de Roma (Getty Images).

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El golpe a la confianza del exnúmero uno
La caída ante Tabilo no solo significó una eliminación temprana en Roma, sino que fue el reflejo de un año difícil para Djokovic.
En 2024, su rendimiento estuvo lejos de sus mejores épocas, acumulando más derrotas de lo habitual y sin títulos en los primeros meses del calendario.
Mientras el serbio se llenaba de dudas, Tabilo vivía un sueño. Su victoria no solo fue la más importante de su carrera, sino que lo puso en el radar del tenis mundial. Casi un año después, la hazaña sigue resonando.