Durante años, Anett Kontaveit fue la cara del tenis estonio. No solo superó los logros de su compatriota Kaia Kanepi, sino que llegó a instalarse como número 2 del ranking WTA, convirtiéndose en la mejor jugadora de la historia de su país.
Su 2021 fue explosivo. Ganó cuatro títulos en tres meses, entró al Top 10 y clasificó a las WTA Finals, donde sorprendió a todas alcanzando la final.
En indoor, directamente volaba, al punto de llegar a tener 22 victorias seguidas bajo techo.

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Una despedida que no fue elegida
Pero cuando parecía que todo era impulso, el cuerpo le frenó en seco. Lesiones, molestias persistentes y una espalda que no daba tregua.
Luego de varios exámenes, recibió un diagnóstico demoledor que la obligó a dejar el tenis para siempre: degeneración discal lumbar.

Anett Kontaveit recibe atención médica mientras juega contra el Abierto de Abu Dhabi 2023 (Getty Images).
“Me dijeron que no puedo entrenar ni competir al más alto nivel”, escribió en su Instagram al anunciar su retiro.
“El tenis me dio muchísimo. Estoy lista para nuevos desafíos después de mi último esfuerzo profesional en Wimbledon”, confesó.
Kontaveit jugó su último partido en Wimbledon 2023 y colgó la raqueta tras caer ante Marie Bouzkova, tras perder por 6-1 y 6-2.

Anett Kontaveit juega su último partido en Wimbledon 2023 (Getty Images).

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Una nueva etapa (con raqueta en mano)
Aunque ya no compite en la élite, Kontaveit sigue vinculada al tenis. En Roland Garros participó del torneo de leyendas y se espera su presencia en el Luxembourg Masters.
Además, este año se convirtió en madre de su primer hijo, Leon. El retiro fue precoz, pero el legado quedó. Y Estonia todavía la recuerda como la mejor jugadora en su historia.