En materia de deudas por pensión alimenticia, en 2023 comenzó a regir la Ley 21.484 de responsabilidad parental y pago efectivo de pensiones de alimentos, también conocida como “Ley Papito Corazón“.
Este mecanismo que implicó también la creación del Registro Nacional de Deudores, hoy propone nuevas modificaciones con el fin de agregar más restricciones a personas que no cumplan con lo establecido.
Dicha ley busca una forma de pago de deudores de pensiones de alimentos al hacer posible la retención de los fondos desde cuentas bancarias, instrumentos financieros y de inversión, u otras cuentas de ahorro previsional de la persona.
¿Cuáles son las dos prohibiciones que trae la propuesta?
En el pasado mes de julio, tanto diputados independientes y de oposición ingresaron un proyecto de ley para cambiar tres reformas en el Registro Nacional de Deudores de Pensiones Alimenticias. Esto, con la idea de prohibir el acceso de las personas inscritas a casinos e hipódromos.
Por ello, con la iniciativa se prohibiría realizar apuestas dentro de estos recintos, modificando la Ley General de Hipódromos para incluir la restricción de no admitir a deudores con inscripción vigente. Lo mismo se busca en casinos, buscando la imposibilidad de realizar apuestas de acuerdo a la Ley 19.995.
“Resulta necesario e indispensable fortalecer la institucionalidad vigente y ampliar el catálogo de sanciones para los deudores de alimentos con el objeto de incentivarlos a cumplir, mediante apremios y restricciones”, dijeron los impulsores del proyecto.
¿Cómo ha funcionado la Ley “Papito Corazón”?
Según datos de la Corte Suprema, desde mayo del 2023 al mismo mes del 2024, se han recibido 474.704 solicitudes para iniciar el proceso, lo que equivale a 258.154 causas.
Lo anterior se traduce en dinero equivalente a que de un total de 830 mil millones de pesos, se pagaron más de $318.386.000, mediante el sistema especial y extraordinario que establece la ley.
Antonia Orellana, ministra de la Mujer y Equidad de Género valoró las cifras como buenas noticias y comparó las cifras para dimensionar la “magnitud del abandono parental” con el equivalente a “22 teletones“.