Chile es uno de los países más sisimicos del mundo, siendo el último terremoto el 27 de febrero de 2010 con una magnitud de 8,8 grados en la escala de Richter. Desde aquel trágico suceso, que tuvo como consecuencia 550 muertos, muchos se preguntan cuándo podría volver a ocurrir un sismo de este tipo.

¿En qué parte de Chile podría ocurrir el próximo gran terremoto?

Luis Donoso, sismólogo y académico de Geofísica Aplicada de la Universidad del Desarrollo, en conversación con La Tercera, señala que en “la zona que tiene mayor potencial de tener una magnitud cercana a M8.8, es Atacama. Como el sismo de 1922″.

Donoso se basa en el estudio Acoplamiento intersísmico, segmentación y comportamiento mecánico de la zona de subducción de Chile Central, de los franceses Marianne Métois, Anne Socket y Christophe Vigny, el cual indica que existen ciertos patrones que develan una posible gran ruptura en la zona.

Tenemos un 8.4, está ahí, pero no sabemos si se va a romper todo o se va a romper por partes, entre Chañaral y La Serena”, explica el especialista sobre el estudio, que muestra con claridad que los lugares mencionados comprenden una zona de ruptura, es decir, un punto en el interior de la Tierra que se rompe y genera un sismo.

Región de Atacama (mma.gob.cl)

Región de Atacama (mma.gob.cl)

Cuando se fractura toda la zona con potencial, se genera un sismo de magnitud asociada al tamaño de esa área. Esto quiere decir que, si es una gran área, será un gran sismo. En cambio, cuando se fractura solamente una fracción de esa área, la magnitud del sismo generado es inferior a la máxima esperada”, aclara el experto.

“Este es un trabajo de las personas que están en la frontera del conocimiento. Es muy difícil encontrar algo que tenga más experiencia en ello”, afirma Donoso. “¿Puedo establecer dónde se rompe? Sí, dónde sí. Pero ¿cuándo? Eso está totalmente fuera del límite humano”, manifiesta.

¿Puede la inteligencia artificial predecir un terremoto?

No. Y tampoco creo que va a poder. La razón fundamental es que la inteligencia artificial busca y asocia patrones, pero esos patrones son fenómenos que tienen cierta frecuencia. Pero cuando la frecuencia a nivel sísmico no es estable y tiene una variabilidad de varios años, deja de ser un patrón”, explica el sismólogo a La Tercera.

Para ejemplificar, Donoso recuerda los grandes sismos de la zona central de Chile: en 1575, 1657, 1730, 1822, 1906 y 1985. A simple vista, pareciera que existe un patrón, sin embargo, “cuando uno hace los números finos, se da cuenta que el promedio es 70 años, pero se le puede aumentar 20 más o restar 20 menos”.