Las vacunas contra el COVID-19 adaptadas tanto para el virus original como para la cepa de ómicron, han reducido drásticamente el número de pacientes adultos mayores hospitalizados. Según un estudio desarrollado en Israel, la vacuna bivalente redujo en un 81% las hospitalizaciones asociadas a la enfermedad en la población mayor de 65 años en dicho país.

De acuerdo al estudio publicado en la revista científica Social Science Research Network (SSRN) y liderado por el doctor Ronen Arbel del Sapir College, el riesgo de muerte de esta población se reduce en un 86% gracias a la fórmula utilizada por Pfizer.

El trabajo se basó en los datos que se manejan en Israel sobre la aplicación de la vacuna. Y se trata de la primera investigación en el mundo a gran escala sobre la aplicación de dosis bivalentes.

Pese a que el estudio se desarrolló solo con fórmulas Pfizer, también se auguran buenos resultados para la dosis de Moderna, que utiliza una tecnología similar, basada en ARN mensajero (ARNm).

Dentro de la indagatoria, se analizaron los datos anónimos del servicio de salud Clalit de Israel, referidos a mayores de 65 años que recibieron las primeras vacunas no bivalentes y se compararon con las hospitalizaciones y muertes de entre quienes recibieron el refuerzo contra ómicron y la variante original.

Según sostuvo el jefe del departamento de medicina del Clalit, Doron Netzer, los resultados son particularmente alentadores, ya que “la vacuna fue aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU. en un procedimiento de emergencia sin que se hayan realizado estudios de eficacia con respecto a la prevención de enfermedades graves. Por lo tanto, había incertidumbre en el mundo sobre su utilidad”.

“Los resultados del estudio que realizamos muestran de manera inequívoca que la vacuna Omicron se asocia significativamente con la reducción del riesgo de mortalidad por hospitalizaciones y mortalidad por el coronavirus, incluidas muchas de las cepas actuales de ómicron”, agregó.