Una verdadera crisis se vive en Afganistán. El grupo fundamentalista islamita Talibán se tomó el poder del país este fin de semana y las consecuencias pueden llegar a ser extremas a nivel social, sobre todo para las mujeres.

Sin ir más lejos, una alumna afgana de la Universidad de Chile ya pidió ayuda humanitaria al gobierno para traer a su hermana, quien es divorciada, motivo que le podría costar la vida en caso de permanecer en territorio talibán.

¿Por qué las mujeres corren riego con los talibanes?

Hay que entender que el grupo es una facción fundamentalista islámica extremadamente machista, que estuvo en el poder entre 1996 y el 2001. Bajo este régimen, las mujeres vieron doblegados sus derechos al mínimo y solo se les permitía cumplir con funciones domésticas.

Los talibanes intervinieron todos los aspectos de la vida, desde la vestimenta hasta el comportamiento social, comenzando por la obligación de utilizar burka (velo de la cabeza a los pies) y la prohibición de hacer ruido al caminar.

También se prohibieron los trabajos fuera del hogar (excepto en servicios sanitarios básicos), lo que se suma a la completa participación fuera de la casa, a no ser que fuesen acompañadas de un mahram (familiar masculino).

A nivel de educación, se restringió la enseñanza tanto a nivel escolar como superior y solo se permitió la educación religiosa fundamentalista.

Se despojaron los derechos de las mujeres al máximo, a tal nivel que no podían tomar el mismo autobús con extranjeros ni taxis (solo lo podían hacer en caso de ir con el mahram).

Las condenas al incumplimiento de las normas fueron realmente brutales. Se incluyeron azotes, palizas, abuso verbal en caso de no ir con el mahram. Las vejaciones incluso llegaron a lapidaciones públicas para las mujeres que mantenían relaciones sexuales fuera del matrimonio.