La COP25 no estuvo exenta de polémicas, partiendo por el hecho de que tuvo que ser trasladada de Santiago a Madrid semanas antes de su inicio producto del estallido social iniciado en Chile el pasado 18 de octubre.
Una vez iniciada la convención más importante del mundo en temas de medio ambiente tampoco se alejaron los problemas, enfocándose las críticas principalmente en el manejo de Chile para llevar a cabo las negociaciones, lo que estaba liderado por el equipo de la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, que según organismos internacionales, no estuvo a la altura de la instancia.
Las negociaciones fueron tan complejas, que la cumbre debía terminar el pasado viernes 13 de diciembre, pero se tuvo que extender la cita hasta ahora, con problemas tan importantes como la ausencia de varios delegados que tuvieron que abandonar España por tener pasajes de regreso antes.
Otra crítica que se ha realizado, es la falta de capacidad de Chile para integrar a los países en vías de desarrollo y para que países con altas emisiones de carbono, como Estados Unidos, China, Brasil y Japón, entre otros, logren comprometerse con la causa medioambiental.
Por último, Chile se vio en la obligación de entregar un nuevo borrador de acuerdo, luego de que el original recibiera duras críticas de ONGs ambientalistas, el que fue aprobado finalmente esta mañana, pero muy lejos de ser considerado un documento que vaya a generar cambios significativos, siendo calificado como “débil”.