El 21 de agosto tendría que ser un día festivo para Chile. No es una exageración. Esa jornada está marcada a fuego en la historia del deporte nacional, todo gracias a Nicolás Massú y Fernando González, quienes se convirtieron en leyendas de los Juegos Olímpicos.

Pareciera que fue ayer, pero la realidad es que se cumplen 20 años desde que el binomio conquistó la primera medalla de oro para el país. Y para hacer más épico todo, ocurrió en la ciudad donde nació la cita de los anillos como es Atenas, en Grecia.

Más encima, con un González mermado físicamente, tras sufrir un esguince de tobillo en semifinales de singles y jugar el mismo día de la final por la medalla de bronce ante el estadounidense Taylor Dent. Todo lo que rodea este hito deportivo para Chile parece sacado de un cuento. Gracias a Dios, fue una realidad.

El camino de Massú y González a la medalla de oro

El camino para el dueto chileno no fue sencillo, ya que ambos jugaban en singles y dobles; un desgaste físico que hace de este logro un hecho único en la historia del tenis mundial. De hecho, ya pasaron dos décadas sin que alguno iguale al mítico Massú.

Pero vamos por parte, los nacionales comenzaron su periplo en Atenas 2004 con victoria ante los bahameños Mark Knowles y Mark Merklein por 7-5 y 6-4; para luego superar a los argentinos Gastón Etlis y Martín Rodríguez por 6-3 y 7-6 (2).

En cuartos de final, Massú y González se dieron el lujo de eliminar a la mejor dupla del mundo, como los hermanos Bob y Mike Bryan, por 7-5 y 6-4; para luego llegar a la pelea por las medallas tras superar a los croatas Ivan Ljubicic y Mario Ancic por 7-5, 4-6 y 6-4.

En la mítica final, hace exactos 20 años, el 21 de agosto de 2004, los chilenos vencieron a los alemanes Nicolas Kiefer y Rainer Schüttler en cinco sets. Ganaron el primer por 6-4, perdieron los dos siguientes por 4-6 y 3-6. Estuvieron 2-6 en el tiebreak del cuarto set y con puntos de medalla de oro, lo dieron vuelta por 9-7.

Fueron más de tres horas y 44 minutos de juego, para que González sirviera para el encuentro y Schüttler la mandó larga, así llevarse la manga final por 6-4. De allí en más, lo que todos recordamos: el abrazo eterno con Massú y el himno nacional que sonó más fuerte que nunca en Atenas.

El partido completo por la medalla dorada en Atenas 2004

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