Fue el año 2015 cuando estalló el caso FIFA Gate, donde el ex presidente de la ANFP, Sergio Jadue, es testigo protegido del caso en Estados Unidos, en la ciudad de Miami, donde espera su juicio definitivo hace ocho años.

Con tanto tiempo en el extranjero, sin poder regresar a Chile, se supo que no lo estaba pasando bien económicamente, donde incluso una versión aseguraba que tenía que compartir pieza con la mamá, según reveló Juan Cristóbal Guarello.

Mano derecha

Mauricio Etcheverry, quien fuera su mano derecha en el mandato en la ANFP, cuenta importantes detalles de la vida del ex dirigente de Unión La Calera en Miami, donde está con sus hijos.

“Hablo con Sergio todos los días, es mi amigo: chateo, hablo, videollamada, hablamos de la vida, de los problemas. Si bien no la está pasando bien, no está durmiendo con la mamá”, comentó conversación con Radio Guayacán y su programa “Vistazo Deportivo”.

En ese sentido, detalla como es la actualidad de Jadue en el país del norte, donde asegura que, pese a las complicaciones, está sacando adelante a su familia.

“Sergio ha buscado un camino en Estados Unidos, está trabajando. Está generando sus propios recursos. Le ha costado, por supuesto. No es fácil lo que le tocó vivir y no es la vida que cuando estábamos en ANFP, cuando era una autoridad. Tiene problemas como todos nosotros, que puede tener o no tener problemas económicos, pero que está luchando por sus hijos y su madre que vive con ellos, pero no duerme en un camarote”, precisó.

Momentos críticos

Etcheverry, quien, entre varias de sus funciones, se desempeña como asesor externo de Universidad de Chile, recuerda cómo fue el momento de su salida del país.

“Sabía en la última etapa de Sergio lo que iba a pasar y lo que estaba pasando. Fueron momentos difíciles. Mucho más para él. Pero entendiendo que se le ponía fin a mi carrera dirigencial. Yo sabía cuando jugaba Chile con Uruguay, sabía que Sergio se iba del país”, detalló.

En una situación tan delicada, por la relación que tenían, cuenta que le hubiese encantado que le contara con mucho más tiempo, para poder darle una mano.

“Me enteré más tarde de lo que habría querido sobre su situación, o tal vez le podría dar un consejo o cobrarle la mitad, o decirle algo para que no se mande la tremenda cagá que se mandó”, finalizó.