La [[Formula 1]] tiene esas cosas que la hacen impredecible, incluso para los supercampeones mundiales. Le pasó a Lewis Hamilton en el Gran Premio de Australia. El británico consiguió la pole position y no cometió ningún error, pero Sebastian Vettel fue más sagaz y se quedó la primera victoria de la temporada en Melbourne.
El momento clave estuvo en la vuelta 26, cuando el alemán ingresó a los pits en el segundo lugar y mientras la carrera se detenía por el Virtual Safety Car que salió después del abandono de los dos coches de Hass, el de Romain Grosjean y el de Kevin Magnussen.
“¡Qué pasó!?” preguntaba Hamilton por la radio y no hubo explicación. Luego el británico aceleró a fondo su Mercedes, pero nunca alcanzó una diferencia de tiempo que le permitiera atacar al Ferrari, que de esta forma se llevó la prueba y comenzó liderando el campeonato mundial de velocidad.
Pero por fue el único que sonrió en esta jornada. Ante su público, el australiano Daniel Ricciardo alcanzó el cuarto lugar y en el quinto escalón una saludable noticia para la velocidad, la irrupción de Fernando Alonso con un nuevo motor y nuevos bríos.
La próxima prueba será en el Circuito de Baréin, el próximo domingo 8 de abril.
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