Una increíble curiosidad se dio lugar en la final del título del Torneo de Clausura, que favoreció por 2-0 a Nacional sobre su clásico rival, Peñarol.
El trofeo encargado para la ceremonia se cayó a un foso, producto de las violentas ráfagas de viento que se produjeron durante el partido.
La copa se encontraba sobre un atril, que perdió equilibrio ante los fuertes vientos y se vino abajo, dejándola caer en el foso que rodea la cancha del estadio Centenario.
El trofeo fue recuperado y se entregó de igual forma a los jugadores de Nacional, aunque una segunda versión habla de un trofeo nuevo que se utilizó para la ocasión.
Con el triunfo, Nacional se lleva la primera opción de convertirse en el campeón de la temporada, en una nueva final que disputará ante Peñarol (campeón del Torneo de Apertura) , equipo que debe ganar para estirar la definición a una nueva final.