Una de las grandes estrellas del fútbol en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 es Richarlison, quien es el máximo referente ofensivo de la selección de Brasil que alcanzó la final por la medalla de oro ante España pero las cosas no empezaron de la mejor manera para el jugador en este partido.
La Canarinha, campeona defensora tras haberse colgado la presea dorada en Río 2016, fue el dominador en el arranque del encuentro y encontraron la oportunidad más clara para abrir el marcador por medio de un penal que tuvo ser minuciosamente observado en el VAR para cobrarse.
Finalmente se determinó que Mikel Merino había tocado la pelota con la mano, por lo que se señaló la pena máxima. Fue precisamente Richarlison quien se hizo cargo de la ejecución que pudo haber puesto el 1-0 para los suyos en el minuto 38 pero el disparo estuvo lejos de ser efectivo.
El jugador del Everton tomó una larga carrera, luego hizo una pausa y mandó el zapatazo. Pese a que ya había engañado al portero Unai Simón su lanzamiento se fue directamente a las gradas del estadio de Yokohama, dejando el partido, en ese momento, con el empate a cero en el marcador.