Cuando Fernando Gago se rompió el tendón de Aquiles tras la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors en el Santiago Bernabéu pocos podían apostar a algo diferente que el retiro para él.
Al mediocampista lo han perseguido las lesiones de larga data en su carrera pero a sus 33 años no se rindió por un motivo más que especial: su hijo. “Me pidió que volviera a jugar. Ese fue el detonante para tomar la decisión”, dijo en su presentación con Vélez Sarsfield, tras salir de Boca.
El exjugador del Real Madrid le cumplió la promesa a su pequeño este sábado cuando regresó tras ocho meses de ausencia y disputó 37 minutos en la victoria 3-1 del Fortín sobre Newell’s Old Boys.
“No hubo cosa que me hicieramás fuerte que pasar por la adversidad. No soy ejemplo. La única manera que tengo es la de seguir y seguir. Es una alegría enorme de volver a compartir un vestuario y un entrenamiento”, comentó previamente.