Si hay algo que deja el fútbolson las anécdotas de vida. Y todo eso se amplifica para quienes tuvieron la posibilidad de ser compañeros de Diego Armando Maradonadurante su carrera. Nada menos que el ídolo máximo del fútbol argentino.

Es el caso del mexicano Luis Hernández, que llegó a Boca Juniors en 1997 y se encontró con un equipazo comandado por el Diegote, pero que también incluía a Diego Latorre, Claudio Paul Caniggia, Óscar Córdoba, Nolberto Solano y Diego Cagna, entre muchos otros.

El debut del Matador fue casi perfecto. Anotó su primer gol ante Colo Colo en el estadio Monumental de Santiago, en lo que a la postre fue victoria del cuadro chileno por la Supercopa(2-1).

Diego Armando Maradona en su momento cumbre: cuando se coronó campeón del mundo en México 1986 (Jam Media)

Diego Armando Maradona en su momento cumbre: cuando se coronó campeón del mundo en México 1986 (Jam Media)

Pese a la derrota,Maradona tenía planes para el debutante. “Acabando el partido nos regresamos todos en un avión charter. Llegamos a Ezeiza y nos fuimos al hotel donde estábamos concentrados. Yaparte estaba viviendo en ese hotel”, recuerda el Pájaro azteca en La Redgoleta de RedGol.

“Esa misma noche llegué y luego me cambié a mi departamento nuevo, así que no dormí en el hotel. Cuando voy llegando al entrenamiento, el miércoles aparece Diego y me dice’Luisito ¿dónde andabas el sábado cuando veníamos del partido?'”, asegura Hernández.

El delantero trastabilló antes de contestar. “‘No pues, me cambié a mi departamento’, respondí. Y Diego me dice ‘hijo de puta, te estábamos buscando para celebrar tu gol con unas, jajajá, con unas chavas de la vida alegre”, intenta explicar el mexicano.

“Pero no me tocó festejar así. A quién no le habría gustado convivir así. Obviamente no comparto otros gustos que tiene, pero él era una persona que imponía un gran respeto y admiración. Fueron momentos muy padres los que viví ahí con el gran Diego Armando”, reconoce.

Hay recuerdos grabados para Luis Hernández. “En los entrenamientos era maravilloso. Más allá de que te trataba de una forma increíble, humana, te alentaba, te sacaba todo lo bueno, también te puteaba; hacía cosas que eran mágicas. Agarraba la pelota como si fuera con la mano, todos los balones pasaban por Diego. Fue muy chido estar al lado de él”, completa.