Cada cierto tiempo, en el fútbol nos deslumbramos con algun golazo digno de una obra de arte. De chilena, golazos colectivos, olímpicos, hay de todos los gustos. Pero lo que no es para nada común de ver son los escorpiones, la fantástica jugada inmortalizada por René Higuita y posteriormente copiada por varios, incluyendo Zlatan Ibrahimovic.
Pues bien, esta semana, en la más reciente fecha de la Premier League se produjo un gol con ese vistoso gesto técnico, que consiste en recibir un centro pasado lanzándose como si se fuera a cabecear, pero conectando con la planta de los pies. Una acrobacia realmente complicada.
El autor del gol fue Pablo Fornals. El español de 27 años, ex Málaga y Villarreal, convirtió el cuarto gol en la goleada por 4-0 del West Ham a domicilio ante el Bournemouth. El hispano recibió un centro pasado y, como pudo, conectó con el pie, dejando descolocado al arquero.
Rápidamente todo el equipo partió a abrazarlo, ya que además de ser un golazo, se trataba de la consolidación de una goleada que prácticamente sentencia la permanencia del West Ham en la Premier League.
Pero además, se trató de un gol especial para el hispano, que tras el gol se puso a llorar desconsoladamente. No ha tenido su mejor temporada y ha intercalado suplencias y titularidades. Tampoco había sido demasiado productiva en términos goleadores, con solo cinco tantos anotados.
Por lo mismo, se trató de todo un desahogo para él, y de qué forma. Con un gol que seguramente quedará para la historia en la memoria colectiva de los hinchas del West Ham, un club en que Fornals lleva ya cuatro temporadas y con el que está muy identificado.
