Marlene Ahrens nació el 27 de julio de 1933 en la ciudad de Concepción. Desde pequeña fue fanática del deporte. Practicaba hockey, voleibol y también gimnasia, pero dedicarse profesionalmente a él, no era uno de sus objetivos. Su habilidad para el lanzamiento fue descubierto en una entretenida anécdota. Estaba tirando piedras junto a su entonces novio, Jorge Ebensperger y un grupo de amigos, y se dieron cuenta de que ella era capaz de llegar más lejos y con mayor precisión.
Ebensperger que más tarde se convertiría en su esposo, presentó a Marlene ante el entrenador del Club Manquehue, Walter Frisch, y le habló sobre sus condiciones como lanzadora. La penquista comenzó a entrenar y al cabo de unas semanas logró el quinto lugar en un Sudamericano.
Cuando Marlene y sus esposo Jorge contrajeron matrimonio y fueron a celebrar su luna de miel, al regreso se enteraron que la Federación Deportiva de Chile había inscrito a Ahrens para representar a Chile en los Juegos Sudamericanos de Sao Paulo en 1954. A pesar de que no estaba muy convencida, logró la medalla de plata y además, batió el récord nacional de lanzamiento de jabalina.
Tras el embarazo de su primera hija, Marlene se alejó del deporte, pero retorno a principios de 1956. El 17 de marzo de ese año durante el Campeonato Nacional, batió el récord sudamericano con 47, 64 metros, superando a la uruguaya Estrella Puente.
En el Campeonato Sudamericano de abril, volvió a batir el récord con 48,73 metros y con ese resultado obtuvo la clasificación para los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956. El 22 de noviembre de ese año, Marlene Ahrens fue la única mujer que desfiló junto a la delegación nacional y además, fue escogida como abanderada por sus compañeros.
Días después de la jornada inaugural, Marlene usando el número 607, consiguió marcar 50,38 metros en su segundo intento, batiendo las marcas nacionales y sudamericanas. Los periodistas de la época describen el lanzamiento como “perfecto”, pero la soviética Inese Jaunzeme la desplazó al segundo lugar tras conseguir 53,86 metros. Un dato anecdótico de su presentación, es que su jabalina no había llegado y la soviética le prestó la suya para poder competir.
Tras participar en los JJ.OO de la ciudad australiana, Ahrens continuó consiguiendo triunfos. Ganó medalla de oro en los Panamericanos de Chicago 1959 y de Sao Paulo en 1963. También se colgó la presea dorada en los Juegos Sudamericanos de Santiago en 1956, Montevideo 1958, Lima 1961 y Cali 1963.
En esos últimos juegos en la ciudad colombiana, Marlene recibió la noticia que su padre estaba agonizando, pero ella decidió mantenerse en la competencia. Cuando ganó el oro, se lo dedicó a su padre que fue uno de los motivadores para que comenzara y creciera en su carrera como deportista.
Su carrera seguía en ascenso cuando vivió una situación lamentable y decidió retirarse. Muchos años después se atrevió a contar la razón de su retiro y se debió a un problema de acoso sexual: “Paré en seco a un dirigente por lo que hoy seríacatalogado como acoso sexual. Fui a hablar con el presidente del ComitéOlímpico para estampar mi reclamo, porque dos atletas más habían sidomolestadas por esta persona. En esa reunión me pidieron que me callara, porquesi hacía pública la denuncia sería muy grave para el olimpismo. Eso me costó noir a Tokio, que me suspendieran y me prohibieran apelar”,contó en 1996 Marlene Ahrens.
Se retiró del atletismo, pero su vida continuó ligada al deporte. A los 32 años se dedicóal tenis y ganó el Torneo de Chile en dobles mixtos, junto al tenista Omar Pabst. En 1979 entró a la equitación y en 1995 formó parte de la representación nacional que participó en los Juegos Panamericanos.
La histórica atleta nacional falleció en 2020 a los 87 años.