Jaime Valdés es un fanático hincha de Colo Colo. También fue un futbolista que dejó un extraordinario recuerdo en el Cacique, donde llegó a los 33 años. En diciembre de 2013, los albos confirmaron el fichaje del Pajarito, quien volvió a Chile tras más de una década en Europa.
Fueron 14 años en Italia, incluido un paso por el Sporting Clube de Portugal, los que vivió Valdés. En una entrevista extensa con DaleAlbo, hizo un repaso detallado de cómo se gestó su arribo a Pedrero. “Siempre estuve atento a lo que pasaba con Colo Colo. Soy fanático desde niño”, reconoció.
“Veía que estaban pasando los años y se acercaba el momento del retorno. Obviamente que yo quería sólo un equipo. Yo estaba jugando de titular en el Parma, con campañas altísimas. Tenía ofertas de varios equipos importantes y se me estaba terminando el contrato. Tenía 33 años. Entonces dije es ahora o nunca”, admitió el otrora cadete de Palestino.
Agregó varios detalles. Todos sabrosos. “Y bueno, lo pensaba todos los días sin comentárselo a nadie. Ni a mi familia. Todos estaban cómodos en Italia, mis hijos tenían el colegio, sus amigos, su rutina. Era complicado”, manifestó. Y dejó así las cosas, consciente de que eso significaría un problema. Pero no importó. Nada de eso fue relevante.
“No me llamó nadie. Se acerca diciembre y vienen las vacaciones del receso de invierno en Italia. Ya podía negociar como jugador libre. Voy donde el director deportivo y le digo que quiero volver a Chile. Todavía no había hablado con nadie. Él me dice ‘Jaime, el técnico te quiere. Juegas de titular, quedan seis meses para terminar el contrato’. Yo le digo ‘por lo mismo, quiero volver a Chile ahora. No cobro estos seis meses y me dejan volver”, contó Jaime Valdés.
Jaime Valdés revive su fichaje por Colo Colo: un llamado clave y una oferta irrechazable para el Cacique
Jaime Valdés estaba empecinado en cumplir el sueño de jugar con Colo Colo, el club de sus amores. E hizo de todo para conseguirlo. “Me dijo si eso es lo que quieres, yo hablo con el técnico. La primera parte estaba lista. Roberto Donadoni llega. Estábamos concentrados”, rememoró el Pajarito.
“Jugábamos contra el Genoa y después viajaba. Me dice ‘Jaime, cuento contigo, eres un pilar fundamental dentro del equipo. No puedo dejar que te vayas, quiero que te renueven’. Le dije ‘profe, mi sueño es jugar en el equipo más popular de Chile. Si no voy ahora será muy difícil después”, detalló Valdés, quien hoy tiene 43 años y tiene dos roles que cumplir en Deportes Linares: gerente deportivo y propietario.
Por supuesto que la historia sigue. “Trató de convencerme, le dije que la decisión estaba tomada y no había nada que hacer. Bueno, si es así, que te vaya muy bien. Llego a Chile y digo ‘ahora qué hago, ¿con quién hablo? Un amigo me dijo que hablara con esta persona. Y él podía llegar a la gente de Colo Colo para tener una oportunidad”, manifestó el Pajarito.
“Quiero jugar en Colo Colo, estoy con mi pase libre, tengo todo conversado con el Parma. Necesito sólo que me reciban. Me pregunta por mis pretensiones. Dije que lo único que quiero es este sueldo, un contrato de dos años. El pase se los regalo. Me dice ‘¿cómo? le vas a regalar el pase?’. Sí. No quiero que me digan que no. Regalo el pase, que me hagan un contrato por dos años y firmo”, contó el ex Bari, Atalanta y Fiorentina, entre otros clubes.
Jaime Valdés repasa el problema familiar por su fichaje en el Cacique
“Se reunió, la gente dijo que sí. El técnico también me quería y ahí se dio la rápida negociación para venir a Colo Colo”, afirmó Jaime Valdés. Pero después tuvo que resolver el pendiente familiar que había dejado. Lo hizo exultante y con la felicidad a flor de piel.
Ese inconveniente iba a ocurrir sí o sí en caso de que la gestión tuviera éxito. Y lo tuvo. “Estábamos en Chile y les digo. Reúno a mi familia y les cuento que llegué a acuerdo con Colo Colo y nos vamos a quedar acá. Ahí empezaron las preguntas. ‘Pero cómo, no nos dijiste antes, están todas las cosas en Italia, los papeles de los niños en el colegio’. Mis hijos grandes no se querían venir. Fue un problema bastante duro“, afirmó.
“Pero yo estaba feliz. Estaba en las nubes, no había nada que hacer. Ya arreglé, les dije que ellos viajaran a Italia a hacer la mudanza, yo empezaba a entrenar en tres días más. ‘¿Cómo no nos dijiste antes?, no estábamos preparados’. Les dije que regalaran todo, no me importaba nada”, sentenció. ¡Qué historia, Pajarito!
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