Colo Colo tuvo un jugador extraordinario en la década de los 90: Marco Antonio Etcheverry. El Diablo fue clave en el título de 1993 a pesar de que solamente jugó un puñado de partidos en la segunda rueda, antes de lesionarse gravemente.
Luego volvió a jugar en los albos en 1994 y estuvo después en 1995. Todo eso lo llevó a enamorarse del Cacique, como lo señaló en una entrevista realizada a Podcast Centenario.
“Para mí, Colo Colo me hace vivir. Honestamente. No es por vender humo, es parte de mi vida”, manifestó el boliviano para graficar el cariño que le tiene a los albos.
El cariño del Diablo Etcheverry por Colo Colo
Señala que el cariño del hincha lo sintió “desde mi debut hasta un regalo que me hizo la barra durante mi lesión. Fue un cuadro desde el tobillo a la rodilla, con el mapa de Chile. Eso lo tengo guardado hasta ahora, después de 30 años”.

El Diablo Etcheverry jugando en Colo Colo
Por lo mismo es que manifiesta que “no sólo es parte de mi vida futbolística, es de mi vida personal por el cariño del hincha chileno y de Colo Colo”.
Su gran deseo es retornar luego al estadio Monumental. “Quiero volver a Chile, ir al estadio, ver al equipo, entrar al vestuario si se puede para saludar a jugadores y al técnico. Caminar hasta las canchas de entrenamiento, debe ser parecido a como era antes. Quiero conocer los vestuarios, que deben estar cambiados, el complejo, el estadio. Era único Colo Colo”, contó.

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El Diablo también contó por qué llegó al Monumental, siendo que el Bolívar recibió ofertas en 1993 de otros elencos importantes de América.
“Boca quería solamente seis meses de contrato, Barcelona ofrecía 300 mil dólares y Colo Colo 750 mil dólares. Bolívar vio que era espectacular, me dicen que es un súper club y no hubo dudas”, confiesa.
“No fue solamente mía la decisión, pero yo sabía lo grande que era. Me ayudaron las palabras de Milton Melgar que jugó en Everton, que conocía el fútbol chileno. Y el club no iba a dudar con los 750 mil dólares”, manifestó.