¿Alguna vez han estado en un partido sin público? ¿Dónde sólo se escuche a los jugadores, los que están afuera, los técnicos, la pelota con claridad y todo lo que se gritan?
Es lo que han tenido que vivir las pocas personas autorizadas en este regreso del fútbol por la contingencia y el regreso de la Copa Libertadores no fue la excepción. Es más, el protocolo, al incluir equipos extranjeros que van hacia otros países, es aún más estricto y sólo puede estar la prensa encargada del canal que transmite los partidos, por ejemplo.
Pese a ello, para acercar a una experiencia más real a la gente, por televisión se escuchan cánticos pre-grabados y hasta un sonidista que hace las veces de DJ y va poniendo reacciones como los “¡uuuh!” o los gritos de gol cuando sea necesario. Hasta pifias han salido cuando hay que reprobar el cometido de un equipo local.
Pero acá te queremos acercar a una experiencia diferente: a escuchar un partido de Copa Libertadores como si estuvieras ahí, sin relatos y con el audio ambiente de la cancha casi como si fuera un partido de barrio con estos videazos del duelo entre Colo Colo y Peñarol, donde el Cacique venció por 2-1.
Por ejemplo, antes del gol de Facundo Pillistri para Peñarol se escucha un desesperado “¡está offside!” de Brayan Cortés. Algo que no era así. Tras el tanto, el iquiqueño intenta levantar a sus compañeros en medio de los gritos del banco y los suplentes del Manya con un clarísimo “ya, ¡vamos, vamos arriba! ¡Dale!”, mientras del otro lado resonaban los “¡bien, Facu!”:
En el segundo tiempo, cayó el empate de Colo Colo. En la jugada, se escucha claro un “¡Marcos, Marcos, Marcos!” de Pablo Mouche a su compañero Bolados. El antofagastino le hizo caso, el argentino tiró al centro y por ahí apareció Gabriel Suazo con un desaforado “¡síiiiiiii la CTM!” del propio Bolados. De fondo, resuenan unos “¡convencidos, muchachos, dale QL!”:
Así llegó el penal. Esteban Paredes concentrado ante un Kevin Dawson que hacía jueguitos apoyado por un “¡dale Tanque, eh!” de Pablo Mouche. De atrás, se escucha fuerte un “¡dale, indio!” de Óscar Opazo y tras el sonido de la pelota impactando el botín izquierdo de Visogol, un fuerte “¡biiiiiiien!” de Marcos Bolados. Desde el arco, el “¡convencidos!” más el aplauso con los guantes de Brayan Cortés también se distingue con claridad:
Es el lado B del fútbol en este regreso, que sigue con su pasión y ahora con algunos matices que permiten encontrar algunas cosas que antes no se percibían. O al menos no con tanta facilidad.