Hay momentos que definen a las personas y, por qué no, también jugadas que definen las estadías de algunos futbolistas en determinados equipos, sobre todo en los grandes. Y es el temor que tienen los hinchas de Colo Colo con una ya muy comentada acción en el Superclásico: el cabezazo de Nicolás Blandi que bien les pudo dar la victoria ante Universidad de Chile.

La acción se dio a los 70 minutos, dos minutos después de que Gualberto Jara determinara el ingreso tanto de Nicolás Blandi por Esteban Paredes como el de Matías Fernández por Leonardo Valencia. Ahí, el 14 metió un centro preciso a la cabeza del argentino quien remató con demasiada potencia y con la zona equivocada, lo que lo hizo elevar cuando el gol parecía inminente.

Lo primero que se le vino la mente a no pocos hinchas de Colo Colo fue una acción en la Copa Libertadores de 2016 ante Atlético Mineiro, cuando Martín Tonso, a los 84 minutos de partido, arrancó a toda velocidad por derecha, se sacó a medio mundo y cuando tenía prácticamente arco descubierto, la sacó del estadio con un zurdazo tremendo que hizo resonar un tremendo “¡uh!” en el estadio Monumental.

Pues bien, Claudio Borghi, en cierta medida, comulga con esta teoría de esos momentos que definen los pasos de los jugadores por algunos equipos de la envergadura de Colo Colo y recordó a uno que le tocó tener en 2007: Claudio Bieler.

Así lo manifestó el Bichi en Todos Somos Técnicos, de CDF. “Me acordé de Claudio Bieler (con el cabezazo de Blandi). ¿Se acuerdan cuando llegó? Pateó cinco veces, cinco palos y no pudo hacer más goles. Empezaron a matarlo, yo era el técnico y no lo pudimos recuperar. Se fue a Liga, fue campeón y fue goleador en todos lados” recordó el campeón del mundo.

Nicolás Blandi ante la U

Nicolás Blandi no tuvo éxito en el Superclásico entre Colo Colo y Universidad de Chile y perdió un cabezazo solo. | Foto: Agencia Uno

Apenas había llegado desde Atlético Rafaela, mucha gente lo empezó a nombrar “Caruchita” por su parecido físico con Adrián el Carucha Fernández. Y si bien logró seis goles en un semestre, incluido uno de la lápida en la final de vuelta del Clausura 2007 que le dio el tetracampeonato al Cacique, su aporte fue poco y partió Racing. De ahí jugó en Liga de Quito y lo ganó todo: fue el goleador, figura y levantó la Libertadores, la Sudamericana y la Recopa, yendo hasta el Mundial de Clubes. Y el año pasado sumó a su palmarés otra Sudamericana con Independiente del Valle.