Cobreloa extrajo en su visita a Santa Cruz el punto que necesitaba para asegurar la permanencia en Primera B y decretar el descenso de Barnechea, terminando el martirio de uno de los equipos más ganadores del fútbol chileno, en su hora más oscura.
Así lo reconoció el entrenador minero, Héctor Almandoz, que tomó al equipo en septiembre y mantuvo la categoría con tres victorias, dos empates y seis derrotas. “Fue el desafío más grande de mi vida”, expresó al término del duelo en el estadio Joaquín Muñoz García.
“Hubo muchas dificultades en el camino y me siento orgulloso de mi plantel, que siempre estuvo a la altura y nunca se entregó. La permanencia es lo mínimo, este club debe estar en otra división y tengo ganas de quedarme para aportar mi granito de arena”, recalcó el DT.
El escenario final fue emotivo. “Ver a Axl Ríos llorando en el vestuario, a Nicolás Palma, a Fernando Barrientos, a Nicolás Maturana, a Fernando Lazcano, a Maximiliano Velazco…¡qué se yo! Todos abrazados. Da una alegría y un desahogo muy grande”, reconoció.
“Sé lo que siente un futbolista al pelear en estas instancias con una camiseta tan pesada y se merecen esas lágrimas porque son del corazón. Sé lo que siente el hincha de Cobreloa en este momento”, dijo el campeón del mundo con Vélez Sarsfield en 1994.
“Todos fuimos para adelante”, subrayó el estratega argentino. “Nunca perdimos la fe, los jugadores ayudaron a cuidar la historia de un club tan grande como Cobreloa y eso me da una satisfacción muy grande”, valoró Almandoz.
La promesa de ir por el ascenso a Primera División
El entrenador Héctor Almandoz debe confirmar su permanencia al mando de Cobreloa, pero se ilusiona en grande y espera el aporte de todos. “Devolvamos este equipo a donde tiene que estar, a Primera División. Que juntos lo podamos lograr”, manifestó.
“Hay que empezar con otra fortaleza, otra mentalidad. Sabemos el desafío que tenemos, tengo muchas ganas de quedarme y el objetivo que tengo en mi cabezaes el de un plantel que sepa la exigencia y que acá hay un sólo objetivo: es pelear el ascenso”, puntualizó.
“Pero no es sólo hablarlo”, advirtió. “Es demostrarlo con amor propio, armar una plantilla ganadora, con deseo. Hay que seguir con esa idea, esa unión, esaconfianza, Lo más importante es que el desafío es para todos por igual: ver nuevamente a Cobreloa en Primera”.
Cobreloa comienza así a cerrar la peor campaña de sus 44 años dehistoria, penúltimo en la segunda categoría del fútbol chileno, pero salvado. El consuelo que le queda al doble vicecampeón de américa y ocho veces campeón del fútbol chileno.
