Matías Fernández siempre fue un futbolista muy tranquilo. Alejado del carrete, el copete y las discos, para muchos es atípico en la profesión. “Es japonés”, lo describía Claudio Borghi en los inicios de su carrera por su manera de comportarse.
Por eso se ha dedicado todo el tiempo a su familia, la que ha ido construyendo con el tiempo junto a su señora Alejandra. La que vio crecer en las últimas horas, tras el nacimiento de Adán, el conchito de los Fernández-Santibáñez.
El nombre mantiene una tradición que han impuesto. Su primera hija -que hoy tiene 14 años- fue bautizada como Antonia, empezando con los nombres con A de los niños. Luego nació Aylen a quiensiguió Ángel, hasta que llegó el nuevo integrante.
“Somos inmensamente bendecidos al tener cuatro tesoritos de Dios”, comentó radiante de felicidad Alejandra en sus redes sociales, evidenciando la felicidad que hay en la familia.
Agregó “ya te amamos Adán Mateo”, expresando el sentimiento tan puro que hay de los padres hacia un hijo, que llega a cambiar para siempre la vida de sus padres y hermanos.
Habrá que ver si el Mati ahora es bueno para cambiar pañales y logra descansar en las noches cuando el recién nacido se despierte, para enfocarse en el desafío que tiene con La Serena esta temporada que es salvarse del descenso.