Se acabó el ciclo de Arturo Vidal en el Inter de Milán. Luego de dos años en el elenco lombardo, ante la Sampdoria jugó sus últimos 30 minutos, luego de que reemplazara a Nicolo Barella en el mediocampo en el triunfo 3-0 que de nada sirvió para alcanzar al AC Milan.

Esa fue una constante del chileno con Simone Inzaghi en la banca: ser siempre suplente y jugar algunos minutos en la segunda parte, lo que tenía muy disconforme al King que siempre en su carrera ha mostrado mucha competitividad.

Quizás por eso es que con la hinchada no terminó con un gran feeling, según consignan los medios italianos. En La Gazzetta dello Sport describieron que, a diferencia de sus compañeros, no le interesó quedarse con la barra luego de perder el título.

“Los jugadores reaccionana su manera, también porque algunos estaban en el paso de despedida.Vidal y Sánchez por ejemplo, tras un rápido saludo, no estaban en el grupo que permaneció un buen cuarto de hora bajo la Curva (la barra), entre coros, saltos y aplausos”, señala el periódico italiano.

De hecho lo compara con otros futbolistas. “Estaba Perisic, con muletas como Gagliardini.Dimarco, que es como una costilla de la Curva, se echó a llorar, consolado en vano por Barella.Y cuando la gran pantalla mostró el rostro de Lautaro marcado por las lágrimas, volvió a ser ovación”, detallan.

En tanto Il Giorno aseguran que incluso cayeron algunas pifias por parte de la fanaticada neroazzura. “El chileno fue protagonista del único episodio en el que llovieron silbidos desde la grada. Un mal pase vertical en dirección a Dumfries, con motivo de un contraataque, bastó para desencadenar las quejas del público”, apuntan.

Vidal estuvo dos años en Inter y ganó todos los títulos en Italia (Getty)

Esto debido a que estuvo “debajo de las expectativas a nivel personal”, a pesar de que igual logró ganar un Scudetto de la Serie A, una Supercopa y la Copa Italia en su estadía en Milan.