Universidad de Chile jugará este lunes un partido trascendental para saber definitivamente qué es lo que peleará a fin de año. Y es que las opciones no pueden estar abiertas, tras tres derrotas consecutivas: desde volver a ilusionarse con la parte alta o empezar a revivir los fantasmas de pelear abajo.
Al frente, los azules tendrán a un necesitado O’Higgins, que contrató a Juan Manuel Azconzábal como su nuevo entrenador. Los rancaguinos necesitan ganar para poder afirmarse en la tabla y escapar de la parte baja, la cual miran de cerca tras los recientes resultados.
Pero hay, sin embargo, un factor en particular que complica a los azules: tras la realización de la fecha y a la falta de su partido ante O’Higgins, el equipo de Mauricio Pellegrino amaneció fuera de puestos de copas internacionales. Está octavo, un puesto por debajo de la zona de Copa Sudamericana.
Es por eso que tendrán que dejar atrás la mala racha y tratar de ganar como sea un partido que puede transformarse en bisagra. Y es que, de ganar, volverán a meterse arriba, en la cuarta posición, superando a Palestino, Everton, Unión Española y Palestino en la tabla.
En caso de un empate, subirán un puesto y quedarán en la séptima ubicación, es decir, en puestos de Sudamericana. Aunque si pierden se mantendrán en la misma posición y habrán pasado de estar segundos hace un par de fechas, a mirar cada vez más de lejos el lote de equipos que lideran el torneo.
Vale recordar que desde la misma Universidad de Chile, cuando estaban peleando arriba, acechando a Cobresal, se bajaron de la lucha por el título. Para Pellegrino y compañía, el gran objetivo de esta temporada es el clasificar a copas internacionales.
Curiosamente, tras esas declaraciones, el equipo no ha vuelto a ganar y todo lo que ilusionó el arranque de la segunda rueda quedó atrás. Ahora tendrán una nueva posibilidad de enmendar el rumbo ante un O’Higgins que se jugará la vida en el Santa Laura.