Chile se vino con las manos vacías del partido ante Uruguay en el primer partido de las eliminatorias rumbo a Qatar 2022. Fue un 2-1 que se definió por dos jugadas clave con presencia total del árbitro paraguayo del compromiso, Éber Aquino.

La primera fue el penal de Sebastián Vegas, quien iba barrido, le rebotó en un muslo, luego en la mano y, tras revisar en el VAR, dio lanzamiento desde los 11 metros que Luis Suárez cambió por gol.

Pese a ello, Chile siguió peleando, empató con gol de Alexis Sánchez, se estaba llevando un punto de oro y tuvo para marcar el 1-2 y traerse la bolsa completa cuando, a poco del final, Víctor Dávila se mandó en ataque, sacó un centro y dio en la mano de Sebastián Coates. Pese a que escuchó palabras del VAR, Aquino decidió no ir a verla y declaró saque de fondo. Insólito.

Para colmo de males, Maxi Gómez cerró el partido con un misilazo por bajo que deja a un Chile muy frustrado porque no mereció venirse sin puntos desde Uruguay.

El tema es que no es primera vez que Éber Aquino se manda un papelón a nivel sudamericano, ya que en la Copa Libertadores de 2018 favoreció de manera escandalosa a Boca Juniors en La Bombonera en el partido de ida por cuartos de final ante Cruzeiro.

En la ocasión, expulsó a Anderson Vital da Silva, más conocido como Dedé, por un cabezazo casual sobre el portero, Esteban Andrada, que terminó con la lesión del golero. El referí se dejó impresionar por la lesión y le sacó tarjeta roja. La Raposa se comió otro gol para perder 2-0 y quedaría fuera después.

El problema es que la Conmebol ratificó y le sacó la tarjeta roja a Dedé, dando cuenta del grave error del árbitro que ya había hecho el daño. Lo más grave que ahora hasta tenía al VAR, pero de nada sirvió.