Pasaron cuatro décadas desde aquel fatídico día en que Guillermo Vieiro, un experimentado montañista argentino, perdió la vida en el volcán Tupungato, ubicado en la cordillera de los Andes, en la frontera de la Argentina y Chile.
Su historia quedó congelada en el tiempo, hasta que una alpinista, Gabriela Cavallaro, tropezó con su mochila enterrada en la nieve.
Lo que había dentro no solo sorprendió a su familia, sino que también trajo de vuelta un pedazo de su historia.
Las últimas imágenes de Guillermo Vieiro
Entre las pertenencias encontradas había una chaqueta, un saco de dormir, un piolet y otros objetos de supervivencia. Pero por sobre todo esto, destacaba algo invaluable: dos carretes de película Super 8.
En esas imágenes estaban los últimos momentos de Vieiro, sus vistas de la cumbre y quizás sus últimos pensamientos antes de que la montaña se lo llevara. Para sus hijas, Azul y Guadalupe, fue como escuchar su voz a través del tiempo.
“Mi madre nunca nos contó quién era. Sabíamos que había muerto en la montaña y que era montañista, pero no mucho más. Así que fue como redescubrir su historia“, dijo Azul Vieiro a AFP.
De un hallazgo personal a un legado histórico
Vieiro no era un montañista cualquiera. Junto a su compañero Leonardo Rabal, hizo historia al escalar la cara más difícil del Tupungato. Sin embargo, en su familia, su historia quedó envuelta en el silencio del duelo. “La palabra ‘montaña’ estaba prohibida”, confesó Azul.
Las hermanas decidieron donar los objetos a un museo para que la historia de su padre no quede solo en su memoria, sino en la del montañismo argentino.