Se nos va el 2020, año marcado por la pandemia mundial del coronavirus, que afectó a todo el mundo, obviamente también al desarrollo del deporte, y una de las disciplinas más golpeadas fue el tenis.

Pese al Covid-19, el circuito mundial de la ATP pudo desarrollarse tras una suspensión, y antes de ella un chileno venía pisando fuerte, porque Cristian Garin tuvo un inicio de año tremendo, con dos títulos para su palmarés.

El Tanque comenzó la temporada en el casillero 33º del ránking mundial, con ganas de dar el salto grande y lo iba a ser casi de inmediato, porque en la gira sudamericana de torneos de arcilla brilló, para decirle al mundo que es uno de los mejores del planeta jugando en polvo de ladrillo.

Primero vino el título del ATP 250 de Córdoba, donde dio un golpe tremendo en la final, ya que en el último partido le dio una paliza al local Diego Schwartzman, para así quedarse con su primera corona de 2020.

Pero faltaba más, porque luego tomó sus cosas y se fue a Brasil, donde alcanzó el hasta ahora mejor título de su carrera, porque se adjudicó el ATP 500 de Río de Janeiro, luego de superar en la final al sorprendente italiano Gianluca Mager.

Tras estas coronas el cansancio lo traicionó y en el regreso del ATP de Santiago no pudo quedarse con el título, debido a que tuvo que retirarse en cuartos de final, ante el brasileño Thiago Seyboth Wild, que a la postre fue el campeón.

Ya en marzo, y antes de la suspensión por el coronavirus, Garin tocó el mejor ránking de su vida, porque apareció en el casillero 18º del escalafón que arma la ATP, muy cerca del Top Ten, su gran sueño.

Tras el regreso a la actividad, Garin tuvo problemas para volver a su estado de forma, siendo las semifinales de Hamburgo su mejor resultado. Además, decidió dejar de trabajar con el argentino Andrés Schneiter, y a fin de 2020 contrató a Franco Davin como su nuevo coach.

El doping de Jarry

El 2020 arrancó con Chile jugando la ATP Cup en Australia, donde los resultados no fueron buenos, debido a que el equipo nacional quedó eliminado en la fase de grupos.

Eso no fue lo peor, ya que en la tierra de los koalas Nicolás Jarry recibió la peor noticia de su vida. Era suspendido de forma provisional por dóping.

El Príncipe arrojó positivo en las Finales de la Copa Davis 2019, ya que en su sangre estaba el componente SARM LGD-4033 (Ligandrol), un metabolito, y por el metabolito Stanozolol, el cual consumió en un multivitamínico contaminado.

Nicolás Jarry tuvo un 2020 para el olvido – AgenciaUno

Luego de meses de disputa con la ITF, Jarry tuvo castigo. Comprobó su inocencia, ya que se confirmó que tomó un multivitamínico que recibió contaminación cruzada en un laboratorio brasileño, y fue suspendido por 11 meses.

Tras cumplirse el castigo, Nicolás Jarry volvió a las canchas en el Challenger de Lima, aunque fue con una derrota, y no pudo ganar tras su retorno a las canchas. Ahora se prepara con todo para volver en 2021.

Nole sigue mandando

A nivel mundial, la situación no ha cambiado muchos, porque son los mismos jugadores los que marcan el paso en el circuito mundial del tenis.

Novak Djokovic sigue siendo el número 1 del mundo, y tuvo un gran año. Ganó el Abierto de Australia, tras vencer en la final a Dominic Thiem, pupilo de Nicolás Massú.

Novak Djokovic sigue arriba de todos – Getty

La única mancha de Nole en el año fue en el US Open, certamen del cual fue descalificado tras pegarle un pelotazo a una juez de línea en su partido ante el español Pablo Carreño Busta.

Aquello lo aprovechó Thiem, para quedarse con su primer major en su carrera, ya que en Nueva York venció en la final al alemán Alexander Zverev, en una dramática definición.

En tanto, como siempre, Rafael Nadal ganó Roland Garros; Wimbledon no se jugó por la pandemia; y el mejor atleta de todos los tiempos, Roger Federer, se volvió a operar de la rodilla derecha, para intentar volver con todo en 2021.