Liverpool llegó a la final de la Champions League 2017-18 ilusionado en poder imponerse al Real Madrid en la final de Kiev, en gran parte por el extraordinario momento que vive su gran figura, el egipcio Mohamed Salah.
Sin embargo, a los 29 minutos Salah se fue al suelo y no dio más. Entre lágrimas tuvo que salir reemplazado por el dolor en uno de sus hombros y perderse el partido más importante de su carrera hasta ahora.
Apenas minutos antes, Sergio Ramos le fue fuerte al egipcio y lo llevó al suelo. Mientras caía, el defensor español fue mala leche y no le soltó el brazo para caer con todo el peso sobre Salah.
El hecho supone además una alerta para la selección de Egipto, a pocos días del inicio de la Copa del Mundo de Rusia 2018.