Carolyn Bertozzi es la flamante ganadora del Premio Nobel de Química por su contribución a la química bioortogonal, que se define como una clase de reacciones que exploran las células de manera poco agresiva y permite obtener un resultado sobre el estado de las moléculas. Con este resultado arrojado, se logra orientar los productos farmaceúticos de manera más certera, lo que significa que en un futuro se podrá tratar con mayor precisión algunos tipos de cáncer.

Bertozzi es una mujer abiertamente lesbiana, madre y esposa, y además de todos sus estudios relacionados con la química, desde finales de los ochenta ha liderado una lucha por generar espacios más inclusivos en una área que históricamente ha sido ocupada por hombres. Sin ir más lejos, en los últimos cinco años, cuatro mujeres han ganado el Premio Nobel de Química, mientras que sus colegas hombres lo han ganado en nueve ocasiones.

La historia de Bertozzi resulta muy interesante. Cuando era estudiante universitaria, trabajó como cajera en una panadería y cortaba el pasto en jardines privados. Además, aficionada a la música, empezó a tocar teclado en un grupo de rock con el mítico guitarrista y fundador de Rage Against The Machine, Tom Morello. La banda se llamaba Bored of Education (aburridos de la educación) y tocaban canciones de AC/DC y Def Leppard.

Sin embargo, la nacida en Boston no estaba aburrida de estudiar y continuó en el rubro de las investigaciones. Bertozzi ha fundado 11 empresas emergentes, entre ellas, Palleon Pharmaceuticals que actualmente está probando un fármaco experimental en enfermos de cáncer. La investigadora lo compara con una máquina de cortar pasto, pues las células cancerígenas están rodeadas de azúcar que terminan camuflándolas.

Bertozzi en la ceremonia de premiación | Foto: Getty Images

“El medicamento corta la hierba y poda los árboles para permitir que el sistema inmunitario reconozca las células malignas y las destruya. Estamos en la primera fase del ensayo clínico, con docenas de pacientes con cáncer de páncreas, ovarios, colo, piel o pulmón. El objetivo ahora es averiguar qué dosis es segura”,aseguró Bertozzi en una entrevista con el diario El País.

Carolyn también se refirió a las pocas nominaciones de las mujeres en los premios. “Todos los años cuando se anuncian a los galardonados y vuelven a ser todos hombres, hay muchas quejas. Al comité del Nobel le gustaría tener un grupode nominados más amplio para poder elegir, y los que nominan son los anteriores ganadores, rectores de universidades, investigadores que han recibido otros premios. Entoces si los nominadores no son diversos, sus nominados tampoco lo serán”, indicó.

En una entrevista antes de ganar el Premio Nobel, Bertozzi afirmó que su carrera científica se ha visto más perjudicada por ser mujeres que lesbiana: “respecto a los retos que te enfrentas en la carrera académica, yo diría que sí. En otros contextos, depende. Hay lugares en el mundo en los que ser gay es un delito y está penalizado, pero en el mundo de la ciencia, yo diría que los sesgos inconscientes contra las mujeres fueron más difíciles que los sesgos contra personas homosexuales”.

“En Qatar yo no merezco estar viva por ser lesbiana, aunque estoy convencida de que les encantará recibir mis fármacos contra el cáncer si enferman. Ellos estarán felices con mis resultados científicos si les ayudan a curarse de un tumor, pero yo iría al corredor de la muerte”, agregó la científica de 56 años.

Carolyn Bertozzi ha revolucionado el mundo de las ciencias con sus investigaciones, pero también lo ha hecho por ser la única persona ganadora del Nobel que ha ido a la ceremonia con su pareja del mismo sexo: “ha habido otras personas abiertamente gays que han ganado el Nobel de Literatura o de la Paz, pero no los de categorías científicas. En ciencia, con seguridad he sido la primera”, cerró.