Carolina Pastene, Ginecóloga Pediátrica y del Adolescente, se desempeña en Medicop y en el Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna. Esta mujer líder, encontró su lugar para crecer y estudiar profesionalmente en la especialidad ginecológica en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Estos estudios le permitieron abordar distintas aristas, como, por ejemplo, el interés en las necesidades de la salud sexual y reproductiva de las personas con discapacidad.
Lo que cautivó a Carolina Pastene de esta profesión, es que es una especialidad muy dinámica. “Atiendes la salud sexual y reproductiva de las mujeres durante el curso de vida, con lo que puedes hacer mucha educación que se transmitirá a cientos de familias. Luego, puedes hacer ultrasonido ginecológico u obstétrico, uno sale muy bien entrenado de la especialidad. Por supuesto que hay pabellón, que es algo que amo. En el área de la obstetricia se encuentra lo relacionado al cuidado de la embarazada, su feto y atención de parto. Mientras que en el área ginecológica se ha desarrollado mucho la cirugía mínimamente invasiva”, comentó.
¿Es una especialización en la que participan varias mujeres? ¿Cómo ha sido tu experiencia en el área?
El año que entré a estudiar esta especialidad en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, éramos 50% mujeres y 50% hombres; en la actualidad hay cada vez más mujeres en la especialidad, me atrevería a decir que es un 70%-30%; que es la realidad que uno ve en los países desarrollados. Siento que trabajar con colegas mujeres le ha puesto un toque colaborativo, de calidad a la atención y manejo de las pacientes; se ha ido eliminando los típicos comentarios machistas y vulgares que por mucho tiempo estuvo asociado al cuidado de la salud de la mujer.
¿Cuál ha sido tu mayor éxito o logro como ginecóloga?
Visibilizar entre mis pares y pediatras las necesidades en salud sexual y reproductiva de las personas con discapacidad, principalmente aquellas con discapacidad intelectual, como el Síndrome de Down.
¿Sientes que has tenido dificultades en la rama de la medicina por el hecho de ser mujer?
A veces me tocó tener que “pelear” mi espacio para entrar a pabellón a hacer procedimientos, o que me hicieran burlas (por mi tamaño y contextura) por ejemplo: “Ya vendí las entradas para tu primer fórceps”. Luego te das cuenta que hacer un procedimiento bien hecho no tiene que ver con la fuerza física, sino que tiene que ver con estudiar, entender la técnica y tener la fortaleza interior de confiar en ti.
¿Practicas algún deporte? En caso de ser así, ¿cuál es tu favorito y por qué?
Sí, practico pilates y caminatas. El pilates se creó como terapia de rehabilitación, así que desde ahí lo siento muy amigable, logrando elasticidad y fortalecimiento de la musculatura; ¡fuente de la juventud! Y la caminata porque al ser familiar o con amigos me permite conocer y experimentar nuevos lugares y emociones.
¿Cómo repercute el deporte en la salud de las mujeres?
El movimiento tiene efectos beneficiosos en múltiples áreas. En la salud mental, se liberan neurotransmisores que mejoran el humor, hay estimulación de la neurogénesis y circulación, por ende, un mejor funcionamiento cerebral. A nivel metabólico, al aumentar nuestra masa muscular disminuye la resistencia a la insulina, mejora el perfil lipídico, la función cardiovascular y disminuye la presión arterial. Es muy bueno para las embarazadas, las ayuda a mantener un peso estable, prevenir diabetes gestacional y macrosomía en sus fetos. Al fortalecer el sistema músculo esquelético hay menor riesgo de osteoporosis, de caídas y fracturas. El movimiento tiene beneficios sobre la calidad del sueño. Hoy la medicina promueve el movimiento más que el deporte, con el fin de impactar la salud y el bienestar de la población que cada día es más longeva ¡La clave es que elijas moverte haciendo lo que más te gusta!